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Te tengo localizado

Por qué muchos trámites de gobierno en México, a pesar de muchos esfuerzos gubernamentales, siguen siendo lentos, engorrosos y complicados? No hay una respuesta única. A pesar de los avances para tener citas previas, ventanillas únicas, y eliminación de trámites innecesarios, buena parte del problema tiene que ver con la obsesión de los servidores públicos por tener ubicados físicamente a los ciudadanos y empresas. Son conductas meta-regulatorias; es decir, que van más allá de la regulación. No hay ninguna ley que obligue a los ciudadanos a estar comprobando su domicilio a la autoridad, pero todas las autoridades tienen una fijación con obligarnos a hacerlo.
La media embarrada de derecho que nos dieron en la preparatoria, y algunas veces en la universidad, nos obligaba a memorizar algo llamado ‘los atributos de la personalidad jurídica’. Uno de ellos es el domicilio. Cuando alguien preguntaba: ‘resulta que el papá de fulanito trabaja en Monterrey pero la familia vive en la Ciudad de México, ¿cuál es el domicilio del señor, donde duerme en Monterrey o donde está su familia en México?’, usualmente los maestros contestaban que el domicilio es único y que el papá de fulanito nada más tiene un domicilio. Esto es claramente ilógico e incompatible con las grandes hordas trashumantes que cruzan dos o tres estados para llegar a su trabajo todos los días, o que de plano dejan (como su servidor) a la familia en otro estado durante toda la semana. Mi domicilio debería estar en mi coche que es donde paso más tiempo.
Juan Pardinas, quien es un verdadero liberal, me asegura que el Estado no tiene por qué estarse enterando de en dónde vivimos. Ese es el caso en los Estados Unidos, país en donde (que yo sepa) nadie tiene que comprobar su domicilio. En el país anglosajón al norte del nuestro, algunas oficinas públicas te piden declarar en donde vives, y normalmente no necesitas comprobarlo.
El Estado Mexicano puede aducir razones de seguridad para obligarnos a ello. Sin embargo, ello implica tratarnos como presuntos delincuentes: primero, por la necedad de tener muy claro ese atributo de nuestra personalidad; segundo, porque el ‘comprobante de domicilio’ básicamente implica una presunción de que estamos mintiendo sobre nuestro domicilio. Naturalmente, quien quiere esconderse puede falsificar, robar y falsear información sobre el domicilio. Los controles de domicilios, que presumiblemente se establecieron para localizar delincuentes o evasores fiscales, no creo que sean muy efectivos para tales fines.
Curiosamente, es más fácil localizar gente en los Estados Unidos, donde nadie te obliga a comprobar tu domicilio, que en México. La interoperabilidad de bases de datos de origen muy diverso permite que cualquier particular que tenga una tarjeta de crédito y 2 dólares, pueda acceder al historial de domicilios de alguien más.
El que pidan ‘Recibo de agua, luz, o predial a su nombre’, implica que uno tiene que estar conectado y contribuyendo a las redes de servicios públicos o ser dueño de una vivienda. Si no estás en ese aro, no eres ciudadano, punto. Pocas oficinas públicas aceptan un comprobante que no está a nombre del solicitante, o un contrato de arrendamiento, como comprobante de domicilio válido. ‘Solamente aceptamos el recibo de Telmex a su nombre’, me dijeron un día en una oficina pública. Me quejé con el funcionario, porque no tengo noticia de que el Congreso Federal ni sus correlativos en los Estados le hubieran dado atribuciones en ley a Don Carlos Slim para ser el ente nacional de certificación de domicilios. Corrigió y me dijo que cualquier recibo de telefonía fija, con lo cual yo me seguía preguntando si quieren localizarme a mí o mi aparato telefónico.
Imagínese por un momento que usted, en lugar de estar leyendo este blog, se está tapando de la lluvia con el periódico de hace 15 días, porque básicamente vive en la calle o en un terreno que ocupó irregularmente. Dado que sus derechos básicos ciudadanos (como el de votar) dependen de que usted pueda comprobar un domicilio para obtener la credencial del IFE, la meta-regulación domiciliaria hará que usted no tenga los derechos políticos mínimos. De igual manera, un pensionado del IMSS que viva en el Distrito Federal no puede cobrar una pensión en esta ciudad a menos que señale a un beneficiario, que debe ser un pariente suyo que viva en el Distrito Federal. ¿Cómo le hace alguien que está solo en el mundo? ¿Con qué derecho le esquilman y retrasan pagos a pensionados simplemente porque la familia no tiene arraigo en el lugar donde el señor vive y decidió cobrar su pensión?
Entre el enfoque plenamente liberal y el de comando y control autoritario, debe haber un punto medio. ¿Qué no pueden solicitarnos nuestro domicilio sin ningún comprobante, bajo protesta de decir verdad? ¿Qué no podrían advertirnos que falsear el domicilio es un delito? ¿Qué no podríamos cambiar la definición de domicilio al lugar donde la persona es fácilmente localizable? Los burócratas, en lugar de estar justificando su chamba con trámites inútiles, deberían estar pensando en cómo nos ahorran tiempo a todos los ciudadanos. Nuestra vida será más plena y menos complicada si todos nos dedicamos a lo nuestro y no a andar persiguiendo papelitos.