X. INNOVACIÓN Y SOFISTICACIÓN EN LOS SECTORES ECONÓMICOS

¿Qué mide el subíndice?

El subíndice de Innovación mide la capacidad de las ciudades para competir con éxito en la economía, particularmente en sectores de alto valor agregado, intensivos en conocimiento y tecnología de punta. Se considera la habilidad para generar y aplicar conocimiento nuevo, por lo que se incluyen indicadores relacionados con las características de las empresas, el contexto de investigación y la generación de patentes. Una ciudad que cuenta con sectores económicos más innovadores es capaz de atraer y retener más inversión y talento.

Resultados más relevantes

Gráfica X.1 Resultados del subíndice Innovación por tamaño de ciudad y grupo de competitividad

Fuente: Elaborado por el IMCO.
Nota: El tamaño de la barra corresponde al puntaje en el subíndice analizado.

Tabla X.1 Indicadores que conforman el subíndice Innovación

Tabla X.2 Mejor ciudad en Innovación por indicador y categoría de población, 2018

Fuente: Elaborado por el IMCO.
Nota: Las ciudades y cifras remarcadas en negritas muestran el mejor resultado de las ciudades de la muestra.

IMCO Propone

Los ayuntamientos, apoyándose con los gobiernos estatales pueden implementar una serie de acciones para elevar la innovación con el fin de posicionar a las economías urbanas ante la creciente competencia global y nacional por la inversión y el talento. A continuación, se presenta una lista de las acciones más relevantes.

Formación, atracción y aprovechamiento del talento

  • Trabajar con las universidades locales, públicas y privadas, para que midan el desempeño en el mercado laboral de sus egresados e incorporar dicha información al Sistema de Información y Gestión Educativa[1]. Es atribución de las autoridades educativas locales, establecer un sistema estatal de información educativa, en el marco del Sistema de Información y Gestión Educativa. A diferencia de otros países, en México no existen estadísticas de salarios promedio de egresados universitarios en su primer empleo. Esta información sería sumamente útil y podría generarse a través de herramientas para levantar encuestas electrónicas o mediante otro tipo de incentivos que fomenten una relación continua de las universidades con sus egresados. La recolección de la información puede ser objeto de convenios de colaboración entre los ayuntamientos y universidades públicas o privadas.
  • Generar un ambiente más diverso y amable con minorías, grupos vulnerables e inmigrantes, a través del diseño e implementación de regulaciones locales con el objetivo de atraer talento de otras partes de México y el mundo.
  • Atraer talento específico a industrias intensivas en conocimiento por medio del otorgamiento de becas y trabajo conjunto con universidades y centros de investigación aplicada en ingenierías, matemáticas y ciencias aplicadas.
  • Flexibilizar los montos asignados a los centros de investigación públicos o a las universidades públicas para investigación y desarrollo, de tal manera que un porcentaje de dichos fondos (entre el 5% y el 8%) se abra a un concurso internacional para encontrar e implementar soluciones a problemas locales, como el estrés del agua para la agricultura o el aprovechamiento de la energía solar en los hogares de interés social, entre otros.
  • Mejorar el flujo de información entre el sector académico y el productivo:
    • Crear espacios donde las empresas propongan problemas reales a una clase o grupo universitario y que estos concursen por premios para quienes ofrezcan la mejor solución. También funcionan los programas de internships o prácticas profesionales en las empresas para los estudiantes que encuentren las mejores soluciones y que, además, cuenten como parte de su calificación. Incluso podría hacerse uso de plataformas digitales para esto.
    • Crear más programas de estancias para estudiantes universitarios y de incubación con empresas locales y multinacionales. Ofrecer apoyos a empresas que ofrezcan este tipo de oportunidades enfocadas en el desarrollo de profesionales especializados en la industria.
    • Ofrecer programas de mentorías a emprendedores, que incluyan capacitación financiera, administrativa y fiscal.

Política económica local

  • Evitar apoyos a industrias específicas. Los gobiernos locales deben proveer los bienes públicos necesarios para que las industrias de más alto valor agregado florezcan por sí solas, idealmente en un contexto de diversidad sectorial donde una ciudad no dependa económicamente del destino de una sola industria.
  • Apoyar a la autoridad federal en materia de competencia económica y protección de los derechos del consumidor. Asimismo, se debe de evitar la creación de regulaciones locales que limiten la competencia e inhiban la innovación en los sectores que les toca regular a los estados o municipios. Un ejemplo son las nuevas alternativas de movilidad basadas en aplicaciones tecnológicas, las cuales son iniciativas que deben regularse de manera adecuada, sin crear barreras a la entrada ni limitar la competencia. De igual forma, se debe impulsar la modernización, a través de la competencia y el uso de tecnologías, de las opciones más tradicionales (Ej. taxis) para reducir las restricciones de la regulación sin perder el espíritu de la misma. Un ejemplo de esto es la creación de la aplicación Mi taxi en la Ciudad de México.
  • Mejorar esquemas de financiamiento público para la innovación. De acuerdo con los fondos de inversión especializados en alta tecnología e innovación, sí existe dinero para proyectos, lo que falta son proyectos orientados al mercado. Ante los ojos de los emprendedores este es un problema nodal. Algunas medidas para atender la falta de información sobre el mercado y acercar buenas ideas con potenciales inversionistas son:
    • Incorporar fondos para la recuperación de la inversión inicial para empresas pequeñas y medianas, dependiendo de su impacto por sector.
    • Verificar que los solicitantes de financiamiento público no tengan historial negativo en el buró de crédito.

Seguridad y servicios públicos

  • Aprovechar las tecnologías de información y comunicación (TIC), especialmente las aplicaciones móviles con base en mapas y datos abiertos, para dar mejor información de servicios relacionados con la ciudad (transporte, turismo, empleo, obra pública, por mencionar algunos).
  • Emplear las plataformas tecnológicas y su capacidad de generación, almacenamiento y procesamiento de información para mejorar la seguridad de las ciudades mexicanas. Por ejemplo, los centros de comando y control inteligentes que ha utilizado Río de Janeiro para los grandes eventos que ha tenido en los últimos años, le han permitido monitorear los delitos en tiempo real, reducir los tiempos de respuesta de la policía, así como mejorar sus estrategias de prevención en función de las zonas de mayor incidencia delictiva (hot spots).
  • Diseñar e implementar una política de generación y apertura de datos sobre la operación del Gobierno local, que incluya información sobre presupuesto, gasto público, calidad y usabilidad de los servicios urbanos, entre otras. Adicionalmente, generar incentivos para que comunidades de programadores desarrollen aplicaciones con base en estos datos. Un ejemplo es la Agenda Digital de Innovación Pública de la Ciudad de México y su portal de datos abiertos[2].

Infraestructura para la innovación

  • Reorientar la inversión pública para equilibrar lo destinado a la infraestructura con lo destinado al desarrollo del capital humano. Dentro de la inversión en infraestructura, priorizar aquella que favorezca a industrias intensivas en conocimiento.
  • Promover más intensivamente la mezcla de establecimientos comerciales, habitacionales y de equipamiento urbano en los instrumentos de planeación territorial y de usos del suelo. De igual manera, promover un alto uso del suelo para equipamiento urbano y espacios públicos, con el objetivo de impulsar un ecosistema urbano vibrante. Además, es deseable definir usos de tal forma que favorezcan una mayor densidad y actividad productiva cerca de los campus universitarios.
  • Ampliar las capacidades de servicios de red en la ciudad a través de acciones para incrementar la oferta de telecomunicaciones. Un ejemplo sería permitir que los operadores instalen antenas de celular o internet en los techos de los edificios públicos.
  • Otorgar apoyos para impulsar actividades culturales, recreativas y científicas que hagan a la ciudad atractiva para la gente con talento en las industrias creativas e intensivas en innovación.

[1]      Disponible en https://www.siged.sep.gob.mx/SIGED/ (Consultado el 07/09/2020)

[2]      Disponible en https://datos.cdmx.gob.mx/pages/home/ (Consultado el 07/09/2020)

ANEXO METODOLÓGICO

Generales

El principal objetivo del Índice de Competitividad Urbana 2020 del IMCO es aportar información útil a autoridades locales para diseñar, priorizar y dar seguimiento a políticas públicas que promuevan la competitividad de las ciudades y zonas metropolitanas de México.

El proceso comienza con la justificación conceptual de los 10 factores de competitividad de IMCO. Éstos se basan en aspectos generales que la teoría económica, la experiencia internacional y el sentido común asocian con el desarrollo económico y con nuestra definición de competitividad. Posteriormente se revisan todas las variables utilizadas en índices anteriores para así evaluar su importancia dentro de un contexto urbano, pero dentro del marco de los 10 factores de competitividad.

Definición de Competitividad

El Índice de Competitividad Urbana 2020 mide la capacidad de las ciudades mexicanas para atraer y retener inversiones y talento. En las ciudades, como en los países y en los estados, el nivel de productividad de las empresas y de las personas, así como su prosperidad y bienestar, están estrechamente vinculados al acervo local de capital físico y humano. Además, tanto el talento como la inversión tienden a gravitar hacia los lugares donde pueden obtener los mejores retornos económicos y sociales. Por ello, una ciudad competitiva -que consistentemente resulta atractiva para el talento y la inversión- es una ciudad que maximiza la productividad y el bienestar de sus habitantes.

Este Índice evalúa la competitividad de las 73 zonas metropolitanas más importantes del país a partir de 70 indicadores. Estos indicadores se categorizan en 10 subíndices dados por los 10 factores de competitividad, donde cada uno de ellos analiza una dimensión distinta de ésta.

¿Qué hace el índice?

  • Compara transversal y temporalmente la posición relativa de 73 zonas urbanas del país en torno a 10 subíndices que influyen en su competitividad.
  • Otorga una calificación de cero a 100 para cada ciudad, tanto a nivel general como para cada subíndice, con el fin de conocer su desempeño.
  • Permite hacer conjeturas razonables en relación al efecto en inversión y talento resultante de un aumento en la posición competitiva de las zonas urbanas.
  • Permite comparar el desempeño de las diferentes ciudades en distintos indicadores, temas y a nivel general.

¿Qué no hace el Índice?

  • No pretende ser un modelo de equilibrio general ni parcial.
  • No permite realizar predicciones ni determinar causalidad en relación con la inversión ni el talento de las zonas urbanas.
  • No hace explícitas las interacciones entre los indicadores considerados.

Grupos de Competitividad

Debido a la poca variabilidad entre la calificación de una ciudad y las de aquellas próximas a ella, se decidió agrupar a las zonas urbanas en seis diferentes categorías de competitividad. Estos grupos se conformaron tomando la distancia en desviaciones estándar con respecto a la media. Este proceso se hizo tanto para cada uno de los subíndices como para el Índice general. Las categorías son las siguientes:

  • Competitividad Alta: Aquellas ciudades cuyo puntaje se encuentra a dos o más desviaciones estándar por encima de la media.
  • Competitividad Adecuada: Aquellas ciudades cuyo puntaje se encuentra entre una y dos desviaciones estándar por encima de la media.
  • Competitividad Media alta: Aquellas ciudades cuyo puntaje se encuentra hasta una desviación estándar por encima de la media.
  • Competitividad Media baja: Aquellas ciudades cuyo puntaje se encuentra hasta una desviación estándar por debajo de la media.
  • Competitividad Baja: Aquellas ciudades cuyo puntaje se encuentra entre una y dos desviaciones estándar por debajo de la media.
  • Competitividad Muy baja: Aquellas ciudades cuyo puntaje se encuentra dos o más desviaciones estándar por debajo de la media.

Construcción de variables ancla

Las variables ancla son aquellas que describen el fenómeno que el índice quiere explicar. En el caso del Índice de Competitividad del IMCO estas variables son el talento y la inversión. Si bien el PIB no se considera como variable ancla ante la falta de estadísticas de mayor frecuencia en México (publicadas cada cinco años en los Censos Económicos de INEGI), ésta es fundamental para calcular la inversión.

Talento

En el ICU 2020 el talento se mide como el porcentaje de personas de 25 años o más con educación superior. Esta definición está alineada a la definición que se usa en los demás índices del IMCO –de estados y países. Esto permite mayor consistencia entre los productos intelectuales del IMCO, además se hace más fácil su comunicación. 

PIB

Para estimar el PIB, IMCO tomó como base las cifras de producción bruta municipal que se publicaron en los Censos Económicos. A falta de estadísticas desagregadas, suponemos que los sectores a dos dígitos del PIB municipal crecen a la misma tasa que dichos sectores a nivel nacional. Así se completó la serie construyendo una tasa de crecimiento ponderada por sectores con base en la estructura económica de cada municipio. En la base de datos se presenta este indicador en pesos corrientes: la estimación se deflactó a pesos de 2013 con el factor estatal y se convirtió a pesos corrientes usando la calculadora de inflación acumulada del INEGI. Se eliminó el efecto de las actividades petroleras (sectores 21 y 3241), debido a que éstas no dependían de las características y dinámicas de las ciudades sino de factores geológicos y las decisiones del sector energético.

Inversión

A falta de estadísticas desagregadas con respecto a la inversión, suponemos que la formación bruta de capital fijo como porcentaje del PIB en las ciudades es igual a la tasa nacional (de 20 a 23% según el año). Para estimar la inversión se aplicó este porcentaje a la estimación del PIB de las ciudades.

Subíndices e indicadores

Los 70 indicadores agrupados en los 10 subíndices de competitividad cumplen con las siguientes condiciones:

  • Se publican regularmente.
  • Provienen de una fuente neutral de prestigio.
  • Son de fácil interpretación y sus metodologías de cálculo son transparentes y accesibles para cualquier usuario.
  • No son redundantes, pues cada variable aporta información adicional (se eliminan aquellas variables que están estrechamente correlacionadas dentro de un mismo subíndice).

Para esta edición, se revisó la lista de indicadores del Índice 2020 y se complementó con otros indicadores. En parte, esto se pudo hacer gracias a mejores fuentes de información y a nuevas tecnologías que permitieron el uso de fuentes no convencionales. A pesar de ello, algunos conceptos no se pudieron medir a causa de deficiencias estadísticas.

Fuentes

La objetividad de los datos está determinada por la calidad de las fuentes consultadas. Las fuentes utilizadas se seleccionaron con base en condiciones que aseguraran la imparcialidad de la información analizada y que, además, tuvieran una buena calidad y permitieran fácilmente replicar nuestro Índice a través de los años. Las principales características de las fuentes empleadas son:

  • De reconocido prestigio y especializadas en el tema que trata el indicador.
  • De actualización regular de sus cifras.
  • En su mayoría, de dominio público y acceso gratuito.

Zonas urbanas consideradas

La selección de las zonas urbanas consideradas en el análisis se hizo considerando las zonas metropolitanas definidas por el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI) y el Consejo Nacional de Población (CONAPO) en 2015. Después se agregaron las capitales de los estados de la República que no estaban incluidas en las zonas metropolitanas y se incluyeron aquellos municipios que, por su intensa actividad económica, se ubican dentro del percentil 90 generador del Producto Interno Bruto (PIB) nacional (con base en los Censos Económicos del INEGI). Finalmente, se excluyeron del análisis a aquellas zonas urbanas cuyos datos no fueran representativas en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), por ser la fuente dominante del Índice (alrededor de 20% de los indicadores vienen de esta fuente).

Figura 1. Proceso de selección de zonas urbanas para el estudio

Fuente: Elaboración IMCO.

Aunque la lógica para escoger la muestra del ICU 2020 fue la misma que en la edición anterior, en esta ocasión se eliminaron siete ciudades: Acayucan, Coatzacoalcos, Córdoba, Guanajuato, Hidalgo de Parral, Minatitlán, Moroleón-Uriangato, Ocotlán, Teziutlán, Tianguistengo y Tulancingo. Esto se debió a que ninguna de ellas pasó la prueba de representatividad para los datos de la ENOE 2018. En la Tabla 1 se presenta la lista de las ciudades que integran la muestra, así como los municipios que las forman.

Homologación de indicadores 0-100

Las variables de cada zona urbana se estandarizaron en una escala de cero a 100 en función de los valores que presentan respecto al resto de la muestra. Así, el valor más bajo de la muestra toma el valor de cero, mientras que el más alto toma el valor de 100. Los demás valores toman una calificación entre cero y 100 en proporción a la escala utilizada. De esta forma se consiguen cuatro aspectos importantes:

  • Se comparan valores estandarizados y no números absolutos.
  • Se hacen homogéneas las unidades de todas las variables.
  • Se puede observar fácilmente la posición relativa de las zonas urbanas.
  • El Índice de competitividad general está en la misma escala que todos los subíndices.

Ponderación de los indicadores

A diferencia de índices pasados, la asignación de los pesos por indicador se hizo en dos etapas. La calificación se calculó a través de proceso de asignación de pesos (budget allocation process).[1] En éste se consultó a los especialistas de IMCO en cada materia para que asignaran a todos los indicadores valores de 0.1, 0.5 o 1, en función de su nivel de relevancia para la competitividad de la ciudad.

Ponderación de los subíndices

Para esta edición del Índice, los pesos de los subíndices se asignaron de manera uniforme. Es decir, cada uno de los 10 subíndices aportan el 10% de puntaje general.

Contacto

Para cualquier duda adicional sobre la metodología del Índice, escribir a ivania.mazari@imco.org.mx  o oscar.ruiz@imco.org.mx

[1] Para información más detallada acerca del proceso de asignación de pesos puede consultarse el documento Handbook on constructing composite indicators. Methodology and user guide publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en 2008 y que se encuentra disponible en la siguiente liga: http://www.oecd.org/std/42495745.pdf