II. MANEJO SUSTENTABLE DEL MEDIO AMBIENTE

¿Qué mide?

El subíndice de Manejo sustentable de medio ambiente (Medio ambiente) mide la capacidad de los estados para relacionarse de manera sostenible y responsable con los recursos naturales y su entorno. Éste provee información sobre la disponibilidad y administración del agua, aire y uso eficiente de los recursos. Estos elementos inciden directamente sobre la calidad de vida de los habitantes. Por ende, el buen manejo de los recursos naturales y su sustentabilidad podrían tener un efecto considerable en la inversión y la atracción de talento en los estados en el mediano y largo plazo.

Resultados del subíndice

Gráfica II.1 Ranking del subíndice Medio ambiente

Nota: El tamaño de la barra corresponde a la puntuación obtenida por la entidad en el subíndice analizado.

Fuente: Elaborado por el IMCO.

Mapa II.1 Resultados por grupo de competitividad del subíndice Medio ambiente

Fuente: Elaborado por el IMCO.

Resultados por indicador

Tabla II.1 Resultados generales del subíndice Medio ambiente por indicador

*El dato corresponde al valor obtenido por la mejor entidad en el indicador analizado.

**El dato corresponde al valor obtenido por la peor entidad en el indicador analizado.

Para mayor detalle de los indicadores consultar el anexo metodológico.

Fuente: Elaborado por el IMCO.

IMCO Propone

GARANTIZAR EL ACCESO A ENERGÍA LIMPIA

  • Facilitar el tendido de infraestructura de energía. Los gobiernos estatales pueden facilitar la instalación de infraestructura energética en sus entidades, en la medida de sus atribuciones, al facilitar la expedición de permisos y el uso de terrenos.
  • Difundir los incentivos fiscales existentes para la instalación de capacidad de generación eléctrica renovable. Una mayor promoción de los beneficios que los gobiernos estatales ofrecen para las tecnologías verdes, como reducciones en el impuesto sobre nómina (ISN), incrementaría el atractivo para las inversiones sustentables.
  • Promover la generación distribuida en hogares y negocios. Una campaña de promoción que explique de forma sencilla las ventajas de esta generación y las opciones para los distintos tipos de consumidores sería un aliado para expandir la instalación de paneles fotovoltaicos en los estados.
  • Utilizar a las agencias estatales de energía para promover la inversión en parques renovables. Las agencias estatales de energía pueden jugar un papel de coordinación a nivel estatal para facilitar el desarrollo de proyectos de infraestructura renovable. Estas agencias pueden ser el principal punto de contacto de las empresas con el gobierno estatal. El papel de estas dependencias como agencias promotoras de inversión en el sector se ha incrementado en la medida que las autoridades federales se han cerrado a la inversión privada en energía. Es necesario convertir estas agencias en órganos descentralizados de la administración pública estatal y que cuenten con un marco legal y regulatorio definido. Esto no implica asumir atribuciones que corresponden a la federación, sino contar con una estructura que permita a las entidades tener una política energética propia dentro de sus facultades constitucionales. Las agencias de energía de estados como Jalisco y Tamaulipas han sido exitosas en adoptar este federalismo energético[1].
  • Incluir criterios de eficiencia energética, sustentabilidad y generación eléctrica limpia en licitaciones de compras públicas. El concepto de compras públicas sustentables ha ido creciendo en América Latina. Los países de la Alianza del Pacífico lanzaron en 2016 el “Proyecto de Cooperación Triangular “Integración Regional para el Fomento de la Producción y Consumo Sustentable en los países de la Alianza del Pacífico”[2] que pretendió establecer criterios sustentables para bienes y servicios prioritarios, los cuales van desde papel hasta electrodomésticos y computadoras, así como servicios de limpieza, publicidad, alimentos y vigilancia en inmuebles. Este proyecto ofrece una ruta crítica que podrían implementar los gobiernos estatales en sus dependencias.

MONITOREAR Y COMUNICAR LA CALIDAD DEL AIRE

  • Monitorear la concentración de contaminantes atmosféricos, sobre todo en las zonas más pobladas y facilitar el acceso a los datos que se generan. Ante el riesgo de priorizar a los combustibles fósiles para la generación de electricidad, es fundamental que los gobiernos estatales destinen recursos y capacidades para monitorear la calidad del aire y publicar los datos en tiempo real. El Sistema Nacional de Información de Calidad del Aire (Sinaica) concentra de forma automatizada los datos que generan las estaciones de monitoreo que disponen de infraestructura adecuada para ello. De acuerdo con la NOM-156-SEMARNAT-2012 al menos las 74 zonas metropolitanas[3], deben monitorear su calidad de aire. Sin embargo, en Sinaica solo hay registradas 35 redes y de ellas, al 23 de febrero de 2021, 11 no contaban con datos. Con ello, los habitantes en Sonora, Sinaloa, Coahuila, Colima, Querétaro, Guerrero, Chiapas, Tabasco y Campeche desconocían los niveles de contaminación. Aunque el sistema ha evolucionado desde la última edición del Índice de Competitividad Estatal, la descarga de datos más reciente es para 2016[4]. Es fundamental que estos datos estén actualizados para detectar riesgos a la población en tiempo real, así como hacer análisis sobre los niveles de contaminación y sus posibles impactos.
  • Comunicar a la población los riesgos de contaminación atmosférica de forma oportuna. Las concentraciones de contaminantes pueden afectar la salud de la ciudadanía. Sin embargo, los datos que generan los sistemas de monitoreo son técnicos para los ciudadanos y se deben traducir para influir en la toma de decisiones oportunas para reducir la exposición a contaminantes. Para hacerlo, los estados se deben basar en el Índice de Aire y Salud, según la NOM-172-SEMARNAT-2019 que desde el 18 de febrero de 2020 es obligatoria para los gobiernos estatales o municipales responsables del monitoreo de la calidad del aire. El índice se basa en una escala de colores para diferentes rangos de contaminantes, la cual se acompaña de mensajes específicos según el nivel de riesgo que implica y las acciones que se recomienda tomar. La norma busca que los índices de todos los estados estén homologados, para simplificar su interpretación y evitar diferencias entre ciudades. Al 23 de febrero de 2021, en la mitad de las entidades no se encontró evidencia de que el gobierno local calculara el índice y difundiera sus implicaciones[5].

 

 

[1] Arroyo, Santiago F. (2020) ¿Qué sigue de la Reforma Energética? La evolución hacia un federalismo energético. Forbes, en https://www.forbes.com.mx/que-sigue-de-la-reforma-energetica/#:~:text=De%20esta%20forma%2C%20arribamos%20a,conocer%20las%20necesidades%20sociales%2C%20econ%C3%B3micas%2C.

[2] Secretaría de la Función Pública (2016). Contrataciones Públicas Sustentable, en https://www.gob.mx/sfp/acciones-y-programas/contrataciones-publicas-sustentables.

[3] Conapo. 2015. “Delimitación de las zonas metropolitanas de México 2015”. https://www.gob.mx/conapo/documentos/delimitacion-de-las-zonas-metropolitanas-de-mexico-2015.html (Consultado el 11/03/2021).

[4] En el portal del SINAICA, se hizo una búsqueda aleatoria de las redes donde se sabe que ha información actualizada (como la de CDMX) y se trató de descargar información para diferentes contaminantes.

[5] Se hizo una búsqueda en Google con el concepto “índice aire y salud” y el nombre de las 32 entidades. Se consideró como válidas aquellas observaciones donde hubiera una página del gobierno local con los datos y el uso de la escala de colores del índice. No se evaluó la calidad de la información ni otros esfuerzos para difundir los resultados (por ejemplo, mensajes en redes sociales).

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