Investigación

El plan de inversión del Gobierno federal y la iniciativa privada no atiende las necesidades centrales de México en materia energética

El día de hoy el Gobierno federal, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) anunciaron un nuevo paquete de 39 proyectos de infraestructura física como complemento al anunciado en el marco del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado del 26 de noviembre de 2019. De estos proyectos, siete se encuentran en ejecución por un monto de 38 mil 149 millones de pesos (mdp) y 32 fueron anunciados por primera vez y representan una inversión de 259 mil 195 mdp.

De los 39 proyectos anunciados, 32 se concentran en el sector de comunicaciones y transportes, dos en temas de agua y medio ambiente, y cinco en energía. Los proyectos para el sector energético representan una inversión de 98 mil 980 mdp, esta cifra equivale al 24.5% del gasto de inversión de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) etiquetado en el proyecto de Presupuesto de Ingresos de la Federación 2021. Como parte de este anuncio, se aplazó nuevamente la inversión por parte de la iniciativa privada en proyectos orientados a la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, así como en exploración y producción de hidrocarburos, pues los proyectos anunciados están orientados únicamente al segmento de transformación industrial de hidrocarburos, promovidos por Pemex y la CFE.

Los proyectos son una terminal de etano en Pajaritos (2 mil 520 mdp), una planta de fertilizantes en Camargo (mil 155 mdp), la instalación de una coquizadora en la refinería de Tula (54 mil 705 mdp), la rehabilitación de una planta de coquización en la refinería de Cadereyta (15 mil 400 mdp) y una unidad de licuefacción en Salina Cruz (25 mil 200 mdp).

Destacan los siguientes puntos sobre estos proyectos:

  • Reforzar la cadena de etano puede promover la competitividad de la industria petroquímica en la zona de Coatzacoalcos.
  • Invertir en el proyecto de la planta de fertilizantes en Camargo responde más a necesidades agrícolas que a las del sector energético.
  • Invertir en coquizadoras (plantas para aprovechar crudo pesado, como el combustóleo, y refinarlo en gasolinas y diésel) para Tula y Cadereyta son proyectos que llevan años en la cartera de Pemex y no habían podido ser lanzados. Cabe subrayar que las inversiones en refinación en el contexto energético mundial son cuestionables por su impacto financiero, social y ambiental.
  • Construir una unidad de licuefacción en Salina Cruz facilitará las importaciones de gas natural licuado a la región sur-sureste del país, que al día de hoy no cuenta con un suministro constante y a precios competitivos de este combustible.

Los proyectos anunciados confirman la visión de un sector energético dirigido más que una reapertura del mercado a la inversión privada.

Al no incluir inversiones en generación eléctrica (específicamente energías renovables), transporte y almacenamiento de combustibles, este plan no atiende las necesidades centrales de México en materia energética y se enfoca en áreas que no responden a una visión futura del país y del sector. Esto no abona a generar un ambiente de certidumbre para la inversión, mermada significativamente a partir de las 17 acciones enlistadas en el memorándum enviado por el presidente a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) que en los hechos cancelan la participación de agentes privados en el mercado de energía.