Vaya días. Vaya semanas. Vaya año para los mercados financieros. El miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos subió la tasa de interés de los fondos federales en 75 puntos base, para situarse en un rango de entre 1.5% y 1.75%. Fue el tercer incremento en el año y claramente no será el último.
La última vez que la Fed incrementó la tasas en esa magnitud fue en noviembre de 1994 cuando intentó adelantarse a la inflación conteniendo las expectativas y llevando la tasa de 3% a 6% en solo 13 meses. En México, ese incremento abrupto contribuyó a detonar una de las crisis económicas más serias en la historia económica del país, la crisis del tequila.
Las condiciones mundiales, desde luego, son distintas ahora, pero la incertidumbre complicará el panorama en un año en el que todos hubiéramos esperado una consolidación de la recuperación económica posterior a la pandemia. Las medidas de la Reserva Federal tratarán de frenar la inflación que alcanzó en mayo en su mayor tasa en 40 años, 8.6%, pero no será tarea fácil.
Contrario a lo que sucede normalmente cuando hay alzas de tasas, las bolsas de valores subieron el miércoles, el día del anuncio, porque el incremento ya había sido más que descontado las semanas previas dado el dato de inflación. Pero las ganancias del miércoles se revirtieron al día siguiente.
La mañana del jueves, el Banco Central de Inglaterra incrementó su tasa de interés de referencia en 25 puntos base, para situarse en 1.25%, el quinto incremento consecutivo enfrentando una inflación de 9%, también la más alta en 40 años. Aunque quizás llamó más la atención el incremento de 50 puntos base del Banco Central de Suiza, el primer incremento en la tasa de referencia en 15 años, aunque se mantiene aún en terreno negativo en -0.25%. La inflación suiza se ubica en 2.9%.
El temor a que los incrementos en tasas de interés frenen el ritmo de crecimiento en Estados Unidos o incluso desencadenen una recesión, con las consecuencias globales que tendría, reafirmado por los incrementos en tasas de interés en varios países, ha movido a los mercados de valores a un territorio bajista con importantes pérdidas acumuladas en lo que va del año.
El Índice S&P 500 perdió la semana pasada cerca de 6% y lleva acumulada una pérdida de 13% en lo que va del año, pero la caída frente a su máximo reciente rebasa 23%. El Dow Jones perdió 5% la semana pasada y desde su máximo reciente lleva una pérdida de casi 19%. El Nasdaq es el que más ha perdido. Durante el año ha perdido casi 24% y frente a su máximo reciente la pérdida rebasa el 33%.
La guerra de Rusia frente a Ucrania con el consecuente incremento en el precio de materias primas y la incertidumbre sobre una posible crisis alimentaria, junto con la política de cero covid implementada por China han complicado el escenario global. Aún si Estados Unidos no entra técnicamente en una recesión ―cumpliendo dos trimestres consecutivos con tasas de crecimiento negativas entre otras condiciones― el freno que está viviendo su economía repercutirá negativamente en el crecimiento de México.
Las expectativas de crecimiento más bajo, más los ajustes posteriores a inyecciones billonarias de recursos en Estados Unidos, están moviendo los mercados a números rojos. Les esperan montañas rusas, con más bajadas que subidas desafortunadamente.
*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad de la autora y no representan la postura institucional.
Publicado en El Universal.
21-06-2022