Jackson Hole es un valle idílico en Wyoming. Rodeado de montañas, con vistas espectaculares y decenas de actividades recreativas recibe año con año a banqueros centrales, académicos y funcionarios de todo el mundo para llevar a cabo un simposio económico, organizado por el Federal Reserve Bank de Kansas City. La importancia del evento anual va más allá de los artículos y discusiones que ahí se dan; las ponencias de jugadores relevantes para la economía global pueden dar más claridad —o justo lo contrario— sobre el entorno económico prevaleciente en el momento.
En un año con volatilidad e incertidumbre, y una inflación global significativamente fuera de los rangos deseados, el discurso del gobernador de la Reserva Federal, Jerome Powell, fue uno de los momentos más esperados en el evento económico del año. Y no quedó a deber. Su discurso hizo olas en los mercados financieros.
Fue una ponencia breve y clara. Dura, diríamos aquí, sin eufemismos. Según Powell, la economía norteamericana está viviendo una desaceleración resultado de una recuperación muy rápida en 2021. Sin hacer referencia a las distorsiones ocasionadas por los trillones de dólares en apoyos fiscales, Powell menciona que la inflación en Estados Unidos se debe a factores de demanda y a una oferta constreñida, y reitera en repetidas ocasiones la importancia de la política monetaria para contener las expectativas de inflación. Insiste en que los bancos centrales pueden y deben asumir la responsabilidad del control inflacionario.
Hizo énfasis también en el rol que juegan las expectativas para lograr una contención monetaria exitosa. Si los agentes económicos —hogares, empresas, bancos, pronosticadores— esperan una inflación baja y estable, habrá una alta probabilidad de que así suceda. Pero también al contrario. Si los agentes esperan una inflación más alta, ajustarán su conducta en consecuencia, incrementando la probabilidad de que se concrete, en efecto, una mayor alza en precios. Es ahí donde el papel de la política monetaria es más delicado, más importante. Hay que contener las expectativas. Powell señala que, en el caso de los Estados Unidos, las expectativas de inflación de largo plazo están ancladas, pero es ahora cuando se requiere la contención para impedir que la alta inflación se vuelva habitual. En palabras de Powell: “Entre más se prolongue el actual episodio de alta inflación, mayor será la probabilidad de que se arraiguen las expectativas de mayor inflación”.
Recordó el periodo de Paul Volcker al mando de la Fed recalcando las dificultades que tuvo para contener la inflación de los 70 y 80 y el freno económico que trajo consigo. En consecuencia, añadió ya para cerrar, la Reserva Federal actuará con decisión. La lectura que los mercados hicieron de este discurso fue la esperada. Vienen más incrementos en tasas de interés, probablemente llevando la tasa de fondeo federal que hoy se encuentra alrededor de 2.50% hasta 4%. Quedan tres reuniones de la Fed en lo que resta del año. Para la de septiembre, ya se descuenta un incremento más de 75 puntos base y a partir de ahí habrá que estar atentos a las proyecciones económicas.