La crisis derivada de la pandemia por COVID-19 afecta económicamente más a las mujeres e impone nuevos desafíos para el desarrollo del talento femenino.

Es necesario tener certeza de en qué se está gastando para reactivar la economía en el país.

México necesita más estudios que permitan guiar las decisiones respecto a cómo corregir los efectos diferenciados y evitar la pérdida de mujeres en la economía.

La atención a los niños y estudiantes más jóvenes es parte de la infraestructura fundamental de una nación: es infraestructura para las familias.

En un escenario incierto como el actual, la gente busca espacios de certeza. La ambigüedad ha costado millones de pesos, pero sobre todo ha costado vidas.

Ojalá esta maroma legislativa se traduzca en un beneficio a la población. Lo que queda pendiente es vigilar y monitorear las compras de emergencia.

Si el objetivo es mejorar las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos no se debe olvidar la existencia del mercado informal.