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La bomba discreta
Tic, tac, tic, tac. Este es el sonido de un paquete de bienvenida que recibirá el o la próxim@ president@ de México. Es la bomba del sistema de pensiones, o mejor dicho, el arsenal de artefactos explosivos que conforman los más de 100 planes de pensiones financiados con dinero público. Esta vasta constelación de programas de jubilación se compone de los sistemas de retiro de trabajadores de las dependencias federales, Pemex, CFE, los gobiernos estatales, las universidades públicas y otros organismos del Estado mexicano.De acuerdo con una investigación de Pedro Vázquez Colmenares, el tamaño de los pasivos por las pensiones públicas de México rebasa el tamaño del PIB. Si además se suman otros compromisos de pago como la deuda pública, los futuros agobios fiscales de México adquieren proporciones mediterráneas. La jubilación de un policía estatal, un médico del IMSS o una recepcionista en la Secretaría de la Reforma Agraria no representan, hoy, una carga directa sobre el presupuesto. Sin embargo, el día de mañana, cuando les llegue la edad del retiro habrá que cumplir con los derechos adquiridos en su vida laboral.