Investigación

El potencial de la relación México – Unión Europea

La relación entre México y la Unión Europea (UE) representa un pilar estratégico para la diversificación de mercados del país y para fortalecer su competitividad en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, relocalización de cadenas de valor y nuevas exigencias en materia de sostenibilidad. Desde la entrada en vigor del Acuerdo Global en el año 2000, el comercio bilateral se multiplicó por cinco y en 2024 la UE fue el tercer socio comercial de México, representando 7% del comercio total. Países como Alemania, España e Italia concentran más de la mitad del intercambio, con una fuerte integración en sectores como el automotriz, farmacéutico, maquinaria industrial y servicios financieros.

Principales socios comerciales de México en la UE, 2024.

Fuente: elaborado por el IMCO con datos del Banco de México

En materia de inversión extranjera directa (IED), la UE figura entre los principales inversionistas en México. España destaca en servicios financieros y turismo; Alemania, en manufacturas avanzadas; e Italia, en maquinaria industrial. Asimismo, sectores vinculados al nearshoring -como automotriz, autopartes y equipo electrónico- muestran un dinamismo creciente tanto en IED como en exportaciones hacia Europa, lo que posiciona a México como plataforma estratégica para empresas europeas con intención de acceder al mercado norteamericano bajo el T-MEC.

La modernización del Acuerdo Global entre México y la UE -cuyas negociaciones concluyeron en 2025- ofrece una plataforma para profundizar la relación económica bilateral, fortalecer la posición de ambos socios frente al nuevo entorno comercial global y construir cadenas de valor más resilientes, sostenibles y alineadas con principios de apertura y cooperación. Para que México aproveche plenamente esta oportunidad, es necesario avanzar en una agenda de políticas públicas que mejore sus capacidades estructurales y facilite su  integración a sectores clave. Por ello, el IMCO Propone:

  • Fortalecer las capacidades institucionales para implementar el Acuerdo Global modernizado. Alinear el marco normativo nacional con los compromisos establecidos en el acuerdo y establecer mecanismos de coordinación interinstitucional para dar seguimiento a los capítulos del acuerdo y facilitar la participación del sector privado en su implementación.
  • Implementar una política industrial regional basada en evidencia. Elaborar planes de desarrollo económico que atiendan las condiciones estructurales específicas de las diferentes entidades federativas en los ejes de mercado laboral, infraestructura básica, servicios urbanos y entorno regulatorio –incluyendo aquellas que son estratégicas para la relación con la UE–. México debe apostar por la plena implementación del Plan México, especialmente en lo referente al desarrollo de infraestructura logística.

Consolidar una agenda estratégica común con la Unión Europea. En un entorno global incierto, México y la UE deben hacer un frente común para promover sus intereses y el orden global basado en reglas. Es necesario promover un diálogo estructurado de alto nivel con la UE y sus países miembros en temas como digitalización, transición energética, movilidad académica y desarrollo industrial, así como explorar las posibilidades de reforma a la OMC para que ésta pueda responder de forma eficiente al nuevo entorno geopolítico.