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El aborto sin moral

En un país laico, como es tan respetable la opinión de quien considera el aborto como un atento a la vida, como la de quien no. Es decir, cada quien puede entender la vida y el respeto a la misma como quiera. En este sentido, cuando se discute la posibilidad de darle a la mujer el derecho de decidir sobre su cuerpo, quizá lo más sano es analizar el tema fuera de la esfera moral y centrarse en sus implicaciones sociales y económicas para el país. Para ello, es necesario conocer elementos básicos como:

¿Quién aborta en México y por qué? De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población, la gran mayoría de las mujeres que aborta en nuestro país es pobre y sin educación (88% no acabó la primaria), además de ser muy joven (60% es menor de 25 años). La principal razón por la que abortan es por cuestiones económicas (50%) ya sea por falta de recursos (34%) o por querer darle más oportunidades a los hijos que ya tienen.

¿Qué quieren las mujeres mexicanas? Según las encuestas de Mitofsky sobre aborto, cerca de la mitad de las ciudadanas entrevistadas (49%) considera que se debe dejar a la mujer decidir si realiza un aborto, mientras que 45% desaprueba esta decisión. Una mayor proporción de mujeres urbanas piensa en estos mismos términos (52% aprueba la decisión de la mujer sobre la del estado) y esta proporción es aún más alta para las mujeres con más años de escolaridad (63%). Sin embargo, a diferencia de años anteriores, una minoría de mujeres (41%) considera que el aborto debe ser considerado como un delito.

Parece haber cierto consenso mundial de permitir el aborto bajo ciertas condiciones: violaciones, riesgo de muerte y por razones socioeconómicas.

¿Cuáles son las posibles consecuencias de darle este derecho a la mujer? Algunos periodistas y economistas han encontrado que existen efectos de largo plazo de darle el derecho a las mujeres de abortar, al disminuir las tasas de criminalidad. Para saber si esto es cierto o no tendría que hacerse un estudio más robusto y que comparara distintos países. Lo cierto es que prohibir el aborto tiene costos importantes para el Estado que deben contemplarse al legislar en este sentido.

Lo que es claro es que mientras no se discutan los datos duros detrás de una u otra política antes de los juicios morales, no sólo corre el riesgo de encarcelar a inocentes, sino de poner en riesgo miles de vidas humanas. Por un lado, promover el aborto clandestino pone en riesgo la vida de miles de mujeres, mientras que encarcelar a una madre joven puede acabar con la dinámica familiar.