Una carta firmada por 22 grupos de 14 países tiene un mensaje para los líderes del G20: la desigualdad de la protección de propiedad intelectual no puede continuar. Los países miembros del G20 deben afirmar su compromiso para proteger este derecho humano esencial.
La carta es resultado de una amarga disputa comercial entre China y Estados Unidos que se originó en la débil aplicación de los derechos de propiedad intelectual. Es muy probable que dicha disputa se convierta en un tema clave cuando los líderes de ambos países se den cita este mes en la reunión anual de los países miembros del G20, en Argentina.
El grupo internacional aconseja a todos los miembros del G20 que protejan los derechos de propiedad intelectual como una política "centrada en las personas" con numerosos efectos consecuentes tales como estimular el crecimiento económico, proteger los derechos humanos e incentivar la innovación. De manera crucial, la carta advierte que una protección inadecuada de la propiedad intelectual, incluso entre los miembros del G20, es una desigualdad que debe ser abordada.
Solamente el 13% de la población mundial vive en países que cuentan con protección de derechos de propiedad intelectual, según el Índice de Derechos de Propiedad.
Dichos países son responsables del 60% del PIB mundial, como consecuencia sus ciudadanos gozan de un ingreso per cápita 20 veces mayor que el de aquellos que viven en países con una débil protección de derechos de propiedad intelectual.
La protección de los derechos de propiedad intelectual permite a los innovadores y a los artistas ser dueños de su trabajo y controlar cómo se utiliza, “al formar la base de un sistema de mercado que ayuda a liberar la capacidad inventiva de los innovadores mundiales”, como lo menciona la carta.
Sin embargo, “a pesar de que han pasado más de veinte años desde el Acuerdo de Propiedad Intelectual de la Organización Mundial del Comercio (WTO TRIPS Agreement en inglés), en el que todos los miembros del G20 son signatarios, la piratería en línea y el comercio de bienes falsos asciende a un total de 461 mil millones de dólares, o bien, 2.5% de las importaciones globales, que continúan siendo una plaga en la economía mundial”.
La carta resalta la importancia de los derechos de propiedad intelectual, especialmente en el sector salud, para las mujeres en la innovación y para las pequeñas empresas. La débil aplicación de estos derechos puede comprometer la investigación y desarrollo (I+D) para medicamentos que pueden salvar vidas, mientras que países con una fuerte aplicación tienen más mujeres inventoras.
La carta concluye que “los derechos de propiedad intelectual son derechos humanos que favorecen el crecimiento económico, protegen a los consumidores de productos peligrosos o de baja calidad y permiten a los individuos a contribuir con su talento para resolver los problemas más importantes del mundo. Por lo tanto, hacemos un llamado a los líderes del G20 a afirmar su compromiso para la protección de los derechos de propiedad intelectual”.