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La gran apuesta por México

FOTO: GABRIELA PÉREZ MONTIEL / CUARTOSCURO.COM

Educación. Esa herramienta tiene el potencial de detonar un mayor crecimiento económico, cambiar la vida de millones y transformar el rumbo de México. Una y otra vez se ha demostrado que invertir en ella funciona. Los cambios son lentos y el sistema es complejo. Hay actores que se resisten y estructuras obsoletas que se han convertido en un lastre para el país. Pero vale la pena insistir.

Hace unas semanas se presentó el Plan México, una estrategia del Gobierno Federal para impulsar el desarrollo económico y social. Sus objetivos incluyen atraer inversión nacional y extranjera, generar más empleo y desarrollar proyectos junto con el sector empresarial. Su éxito dependerá, en gran medida, de contar con el talento necesario y disponible para sostenerlo. Tan es así que una de sus 13 metas se enfoca en incrementar anualmente en 150 mil el número de profesionistas y técnicos, adicionalmente a los que ya se generan.

Más allá de entender por qué el número mágico es 150 mil, es importante reconocer al menos tres realidades de la educación en México. Primero, la cobertura en educación superior es baja, 35% de los jóvenes están matriculados en este nivel educativo, de acuerdo con la SEP. Segundo, existe poca diversificación en la elección de carreras y, por lo tanto, de habilidades. La mitad de los profesionistas egresan de diez carreras, principalmente de campos tradicionales como Derecho o Administración, según Compara Carreras del IMCO. Tercero, las empresas reportan escasez de talento, sobre todo calificado, tres de cada cuatro empresas se encuentran en esa situación, según un estudio del IMCO y Coparmex

Actualmente, México genera 777 mil profesionistas al año, de acuerdo con datos de la SEP. Aumentar este número en 150 mil implicaría un incremento de 20%, no es poca cosa. Considerando que las licenciaturas toman en promedio entre cuatro y cinco años en completarse, el impacto se reflejaría en el penúltimo o último año de la administración actual, en el mejor escenario.

Una alternativa para acelerar el cambio pueden ser las carreras técnicas porque son más cortas, flexibles y asequibles. Del total de egresados al año, 44 mil son de carreras técnicas, es decir, menos de 6%. Para llegar a la meta, al menos en la primera mitad del sexenio, se necesitaría casi cuadruplicar la oferta de técnicos. Las carreras técnicas son poco valoradas por el mercado laboral, ya que los técnicos tienden a percibir dos terceras partes de los ingresos que reciben los egresados de una licenciatura. Esto tiene que cambiar para que el incremento sea sostenible. 

Al final del sexenio quisiéramos ver cambios tangibles, no promesas vacías o iniciativas que quedaron en buenas intenciones. Por eso, la pregunta es cómo se va a generar más talento. En cuanto a la educación superior, la Presidenta de la República ha mencionado continuar con las becas (López Obrador prometió aumentar la cobertura de 34% a 50%, seguimos igual) y crear 330 mil plazas nuevas para 2030 (el Plan México proyecta 900 mil profesionistas y técnicos adicionales en este mismo periodo). ¿Será suficiente? 

Me gustaría pensar el Plan México como una apuesta por el país, invertir en la educación de las generaciones actuales y futuras solo puede salir bien. El rendimiento es alto y el riesgo es bajo. Por eso, me llevo algunas palabras de Altagracia Gómez, titular del Consejo Asesor Empresarial: pensar y actuar en grande, trabajar en conjunto, tener una visión de largo plazo y confiar en México. Mucho que ganar y poco que perder, una gran apuesta.

 

Publicado en Animal Político

30-01-2025