Una de las explicaciones recurrentes a por qué no avanza el sector de las telecomunicaciones en México es la falta, por años y años, de acciones de política y regulación eficaz hacia los distintos operadores.
A su vez, una de las explicaciones a esta falta es que las responsabilidades en materia de regulación entre la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) se encuentran duplicadas, provocando un esquema comúnmente denominado como la ‘doble ventanilla’. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
Según nuestra legislación en materia de telecomunicaciones, la Cofetel es responsable de aplicar los reglamentos y las normas técnicas, además de revisar que los operadores cumplan con los requisitos necesarios para recibir y mantener las concesiones de telecomunicaciones. La SCT, después de escuchar la opinión de la Cofetel, realiza su propio análisis del asunto en cuestión, y si no coincide con las recomendaciones de la Cofetel, puede revisar los fallos del órgano regulador. Es decir, la Cofetel es en un órgano opinador y subordinado a la SCT en materia de aplicación de regulación.
Esta duplicación de funciones retrasa la toma de decisiones de la autoridad, pero sobre todo genera un enorme espacio para el cabildeo de la industria. Este es el caso de Axtel, que al no quedar conforme con las tarifas de interconexión con Unefon que en 2007 le fija la Cofetel, pide una revisión de la SCT, logrando modificar la resolución original de la comisión reguladora. Unefon se amparó y el asunto llegó a la Corte.
A propósito de este caso, ayer lunes la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no tiene facultades para conocer resoluciones de la Cofetel en materia de interconexión. A unas horas del anuncio, no me atrevería a pronunciarme sobre las implicaciones precisas de esta decisión porque, por ejemplo, la SCT podría argüir que el criterio de la Corte no lo obliga.
Sin embargo, de lo que sí estoy segura es que a partir de esta resolución, resolver el asunto de la ‘doble ventanilla’ ya casi se convirtió en un asunto de voluntad política. La Corte nos ha dicho que, al menos en temas relacionados con la interconexión, la SCT no está obligada a actuar como supervisor de las decisiones de la Cofetel. La SCT, si quiere, podría “echarse para atrás”, no pelear la resolución de la Corte y en adelante mantener firmes las decisiones de regulación que emanen desde la Cofetel.
Todos en el sector, la Cofetel, los operadores y los analistas nos damos cuenta que la SCT en sus afanes por mantener la última palabra en la emisión de regulación lo que realmente provoca es empoderar a los regulados frente al Estado. Éste es un buen momento para revertir la situación. Ojalá que la SCT esté dispuesta a ceder algo de su poder político para construir un órgano regulador de telecomunicaciones fuerte, autónomo y eficaz.
*La autora es Directora de Proyectos de Buen Gobierno en el Instituto Mexicano para la Competitividad.