México se caracteriza por ser un país diverso donde cada región del país cuenta con condiciones únicas, desde el clima hasta sus estructuras económicas. Con el Plan México, el gobierno mexicano plantea una propuesta de crecimiento enfocada en los Corredores Económicos del Bienestar, que busca aprovechar las similitudes intrarregionales. Sin embargo, algunas regiones cuentan con diferencias significativas que representan un desafío –u oportunidad– para fortalecer su desarrollo.
El Golfo de California —que abarca los estados de Baja California y Baja California Sur— es una pieza clave para promover el desarrollo del noroeste mexicano. En 1931, el gobierno mexicano tomó la decisión de dividir el territorio de Baja California en dos partes. Esta división sentó las bases para transformar ambas regiones en estados, proceso que culminó en 1952 para Baja California y en 1974 para Baja California Sur. Sin embargo, a pesar de su cercanía geográfica y su origen común, ambas entidades presentan realidades económicas y sociales profundamente distintas.
Hoy, Baja California sobresale como un centro industrial que se posiciona como la tercera entidad con mayor porcentaje del PIB destinado a exportaciones (77%), y reporta altas percepciones de inseguridad (24%) y de corrupción (87%) según el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2025 del IMCO.
Por otro lado, Baja California Sur concentra su dinamismo en el turismo (14% del PIB estatal), es la segunda mejor entidad en el subíndice de Sociedad y Medio Ambiente, sin embargo, enfrenta retos en innovación económica de acuerdo con el mismo ICE. Estas diferencias, si bien podrían ser un obstáculo, pueden convertirse en la base de una colaboración estratégica que lleve a la región a un nuevo nivel de competitividad y bienestar.
A pesar de que ambos estados se encuentran dentro de las primeras cinco entidades en el subíndice del Mercado de Trabajo y sus condiciones laborales son muy similares, existen dos puntos críticos que pueden ser atendidos mediante una agenda común. En materia de género, Baja California tiene una tasa de informalidad similar entre hombres y mujeres, con una diferencia de apenas 0.3 puntos porcentuales (2° más bajo), mientras que para su vecino del sur aumenta a 4 puntos porcentuales (9° más alto). En cambio, en materia de igualdad salarial, Baja California Sur encabeza el ranking nacional, a diferencia de su vecino del norte, que ocupa la posición 26.
Finalmente, no se puede hablar del Golfo de California –prácticamente de ninguna región del país– sin abordar las olas de violencia que lo atraviesan. En los últimos años, la violencia ha crecido en la zona fronteriza con Estados Unidos debido al narcotráfico y las tensiones internacionales. En particular, este Golfo tiene un promedio de 27.3 delitos por cada mil habitantes. Baja California presenta una realidad drásticamente más violenta con 52.2 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que equivale a siete veces más que lo que se reporta en Baja California Sur.
El éxito del Corredor de Baja dependerá de la capacidad de ambas entidades federativas para fomentar estrategias institucionales o económicas para el fortalecimiento de la región. Una unión consolidada tiene el potencial de transformar su proximidad geográfica en una ventaja competitiva que genere soluciones a los desafíos y eleve el bienestar de sus ciudadanos de forma integral.
Pese a sus contrastes en ciertos ámbitos como la desigualdad de género en el mercado laboral y la inseguridad, existen fundamentos que hacen viable una colaboración fructífera en la región. Dichas disparidades ilustran la importancia de la acción oportuna y el apoyo entre las Californias mexicanas para la construcción de una península que complemente su participación económica con instituciones sólidas y competitivas.
Publicado en Animal Político
31-07-2025