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¿Qué pasaría si México prohíbe el fracking? vía Pulso Energético

Ciudad de México, 31 de julio de 2019.- El pasado 18 de julio, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, rechazó producir más gas natural mediante el uso de fractura hidráulica, técnica conocida como fracking. En el mismo mes, los senadores morenistas Martí Batres y Antares Vázquez Alatorre ingresaron la  iniciativa ley general para la prohibición de la fractura hidráulica.
La aprobación de esta iniciativa de ley tendría repercusiones negativas para Petróleos Mexicanos (Pemex), lo que impactaría en la economía mexicana, es por ello que el IMCO expone diversas preocupaciones sobre la prohibición del fracking. 
 
¿Qué es el fracking?
Es una tecnología para la explotación de depósitos de gas y líquidos combustibles asociados que están atrapados en un tipo de piedras calizas llamadas lutitas.
Para hacer fracking se crea un pozo poco profundo, se le agrega una estructura tubular de concreto y se sella. De esa estructura parten pequeños tubos capilares horizontales.
En el fracking se usan líquidos similares a los jabones disueltos en agua, la cual se lanza a presión contra las rocas calizas, las penetra, y desplaza el gas atrapado.
Esta práctica ha generado diversas preocupaciones de la comunidad ambiental respecto al consumo y calidad del agua que se inyecta al subsuelo. En muchos países, los riesgos ambientales se administran con normas que obliguen a la industria del fracking a prohibir ciertas sustancias y a trabajar en el saneamiento de aguas residuales para realizar su actividad.
La técnica del fracking no es nueva en México, de hecho, Pemex ha utilizado la fractura hidráulica para extraer gas y petróleo de lutitas (reservas no convencionales) desde 2012, mientras que en reservas convencionales se ha usado desde 1990.
 
¿Cómo impacta el fracking en la viabilidad de Pemex?
El fracking es esencial para la viabilidad de Petróleos Mexicanos (Pemex). Sin esta técnica, la empresa no podrá explotar del 40% de sus reservas más inciertas (3P), de acuerdo con datos de Welligence Energy Analytics, una firma independiente de investigación de petróleo y gas enfocada en América Latina.
Por lo tanto, no usar fracking implica no aprovechar esas reservas y afectar la salud financiera de Pemex.
Welligence también indica que si se prohíbe el fracking se dejarían de crear alrededor de 20 mil empleos directos y entre 60 mil y 120 mil empleos directos, asimismo, esa decisión implicaría el cierre de 8 mil pozos y alrededor de 140 mil barriles de petróleo diarios estarían en peligro.
La fractura hidráulica también es esencial para democratizar la industria del petróleo. Muchos yacimientos de gas de lutitas que usan fracking no son tan rentables para empresas grandes como Pemex, pero sí para operadores pequeños que son más flexibles.
El desarrollo reciente de regiones marginadas de los Estados Unidos como Dakota del Norte se debe al fracking. Estados Unidos acabó con su dependencia energética en el Medio Oriente gracias a estas tecnologías.
Por todo ello, México tiene que encontrar su camino en el uso de la tecnología del fracking, administrando adecuadamente los riesgos asociados. Todas las tecnologías implican algún tipo de riesgo. El papel de la política pública es evaluar qué riesgos son administrables y mitigables. Otros países lo han hecho con éxito. ¿Por qué México no?