Según la Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo de septiembre de 2021, la cantidad de trabajadores en México se redujo respecto al mes previo: mientras que en agosto la población ocupada incluía a 55.7 millones de personas, en septiembre el número cayó a 55.1 millones. La disminución de 544 mil 350 puestos en el mes fue la segunda consecutiva, después de la caída de 740 mil 707 trabajos observada en agosto. Entre febrero y julio de 2021 se habían registrado 6 meses de incrementos sostenidos en la población ocupada.
La caída mensual fue generalizada tanto por género como por condiciones de trabajo: el empleo en hombres cayó en 164 mil puestos y el de mujeres lo hizo en 381 mil, mientras la población ocupada informal se redujo en 405 mil personas respecto a agosto, y la formal en 139 mil personas.
Las cifras publicadas por el INEGI, muestran que la población desocupada también disminuyó mensualmente en 109 mil 604 personas, por lo que la Población Económicamente Activa (PEA) – que contempla a personas que trabajan o buscan trabajo de manera activa – se redujo en 653 mil 954 personas entre agosto y septiembre de 2021. 58.4% de las personas de 15 años o más participaron activamente en el mercado laboral durante septiembre y formaron parte de la PEA, una proporción menor a la observada en agosto.
Aunque hubo una disminución mensual en el empleo, en la comparación anual se observó un incremento de 4.2 millones de trabajos, de los cuales 3.0 fueron informales y 1.2 formales. Al evaluar por sexo, el incremento anual fue de 2.3 millones de trabajadores y 1.9 millones de trabajadoras.
A pesar de la recuperación observada respecto a septiembre de 2020 y de los aumentos en el empleo desde mayo de 2020, la población ocupada se encuentra aún por debajo de la tendencia pre-pandemia (que abarca el periodo entre marzo 2017 y marzo 2020). De haber continuado con el crecimiento observado en los años anteriores a la crisis, la población ocupada tendría aproximadamente 57.5 millones de personas – 2.4 millones de trabajadores más de los que hay actualmente. Además de mostrar rezago respecto a ese nivel, la población ocupada en septiembre 2021 refleja una insuficiencia para dar empleo a todos los trabajadores potenciales: la población de 15 años o más disponible para trabajar es de 65.9 millones de personas (quienes trabajan, buscan trabajo de manera activa o no buscan pero están disponibles para laborar), un monto 11 millones de personas superior al número de trabajadores observado.
El desempeño difiere en las poblaciones masculina y femenina. Mientras que la población ocupada de mujeres se mantiene por debajo de la tendencia pre-pandemia en alrededor de 1.9 millones de personas, la población ocupada de hombres registra un déficit de apenas 474 mil puestos. Además, la brecha observada entre trabajadores potenciales y población ocupada es mayor en las mujeres: hay 6.0 millones de ellas que podrían trabajar pero no tienen empleo; en los hombres esta cifra es de 4.8 millones de personas.
Desde mayo de 2020, 85% de los empleos agregados a la población ocupada han sido informales (se han sumado 10.5 millones de trabajos informales); la población ocupada formal ha sumado casi 2 millones de empleos, 15% del total entre abril 2020 y septiembre 2021. Aunque este desempeño refleja el hecho de que entre marzo y abril de 2020 la pérdida de empleo se debió principalmente a una caída en los trabajos informales, es problemático que la tasa de informalidad no sólo ha recuperado su nivel pre-pandemia (de 55.7% de la población ocupada), sino que ya lo supera: en septiembre de este año, 56.2% de los trabajadores y trabajadoras del país tuvieron un empleo informal, el cual no sólo implica una falta de acceso a prestaciones y derechos laborales, sino que está ligado con menores niveles de productividad y con una economía menos competitiva.
Además del aumento en la informalidad, han habido otros retrocesos en materia de calidad del empleo notables que también son evidentes al cierre de septiembre del 2021. La población subocupada – aquella que trabaja, pero tiene necesidad y disponibilidad de trabajar más horas de las que su ocupación actual les permite – se mantiene en niveles superiores a los observados antes de la crisis. Tras un incremento drástico en los primeros meses de la pandemia que resultó en un máximo histórico de 29.9% en mayo de 2020, la proporción subocupada de los trabajadores ha disminuido. Sin embargo, la tasa de subocupación de 12.3% observada en septiembre de este año se mantiene por encima del 9.1% observado en marzo de 2020, y también es superior al 7.9% observado en septiembre de 2019. En el noveno mes de 2021, 6.8 millones de trabajadores estuvieron subocupados.
Por otro lado, 24% de los trabajadores presentan condiciones críticas de ocupación, es decir, trabajan jornadas incompletas (menos de 35 horas a la semana), tienen un empleo de tiempo completo pero reciben un ingreso mensual inferior al salario mínimo ($4,251 y $6,402 para la zona norte), o bien laboran jornadas más largas (más de 48 horas semanales) con un ingreso de hasta dos salarios mínimos. La tasa de condiciones críticas de ocupación era de 23% antes de la pandemia.
La tasa de desocupación (la proporción de desempleados dentro de la población económicamente activa), fue de 4.2% en septiembre de 2021. Fue inferior a la registrada en el mismo mes del año pasado (5.1%), pero aún supera a la observada en marzo de 2020 por más de un punto porcentual. Actualmente hay 2.4 millones de personas desempleadas.
La brecha laboral– que contempla no solo a los desempleados sino a los trabajadores subocupados y a quienes podrían formar parte de la fuerza laboral pero no están motivados para buscar hacerlo – muestra un panorama más completo de la insuficiencia del empleo en septiembre de 2021. Como proporción del total de trabajadores potenciales en el país, 13% tenía disponibilidad pero carecía de motivación para buscar empleo, 10% tenía empleo pero con menores horas de las deseadas y 4% estuvo en búsqueda de empleo pero no lo encontró. En total, 27% de las personas de 15 años y más con potencial para trabajar tuvieron empleo insuficiente, pese a la reincorporación gradual de personas a la población económicamente activa y el incremento de las horas trabajadas; esta brecha es superior en 7 puntos porcentuales a la observada en marzo 2020.