La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del Hogar (ENIGH) es publicada por el INEGI cada dos años y proporciona un panorama de los ingresos y gastos de los hogares de México, con información sobre la procedencia de sus ingresos, la distribución de sus gastos y las diferencias en los gastos dependiendo de la entidad donde los hogares están establecidos, su estrato socioeconómico, el sexo del jefe de familia y otras características sociodemográficas.
En la edición 2020, cuyo periodo de levantamiento fue entre el 21 de agosto y el 28 de noviembre de 2020, los resultados mostraron una disminución tanto en los ingresos como en los gastos de los hogares del país. Por el lado de los ingresos, los hogares reportaron una percepción de $53 mil 798 pesos al trimestre, en promedio; esto se traduce en un ingreso total de $17 mil 933 pesos al mes. El 94% de los ingresos fue por ingresos corrientes – que incluyen aquellos que resultan del trabajo, las transferencias monetarias y los recursos procedentes de la renta de la propiedad, entre otros –. El 6% restante representó los ingresos por percepciones financieras y de capital, las cuales además de los préstamos y recursos provenientes de inversiones y cajas de ahorro, incluyen percepciones que modifican el valor neto del patrimonio del hogar pero no necesariamente son monetarios o regulares. Esta proporción se mantuvo sin cambios respecto a la observada en 2018.
En la contraparte, el gasto promedio de los hogares ascendió a $47 mil 396 pesos por trimestre, o $15 mil 799 pesos al mes. Dentro del gasto de los hogares, se contemplan dos rubros principales: el gasto corriente total, que incluye gastos comunes como alimentos, vestido, transporte y salud, entre otros, y el gasto en erogaciones financieras y de capital, donde se contemplan los pagos a tarjeta de crédito, los préstamos hechos a terceros, la deuda y las compras de bienes inmuebles, entre otros. En 2020, 83% del gasto fue corriente, mientras que el 17% restante se dirigió a las erogaciones financieras. La proporción del gasto destinado a pagos financieros incrementó entre 2018 y 2020, al pasar de 14% a 17% de los gastos de los hogares. Por su parte, el gasto corriente de los hogares disminuyó respecto a 2018, con una disminución notoria en el gasto dedicado a transporte y comunicaciones.
Además de proveer información relevante sobre la distribución de los ingresos y gastos, la ENIGH también incluye información sociodemográfica sobre los hogares del país, tales como la edad de los integrantes, sus condiciones de habla de lengua indígena o el acceso a servicios médicos. Al igual que en 2018, en 2020 solo 3 de cada 10 hogares fueron encabezados por mujeres. El 77% de las mujeres jefas de hogar no tiene pareja, al estar separadas (22%), divorciadas (9%), viudas (32%) o solteras (14%). En contraste, la mayoría de los hombres jefes de familia se encuentran casados o viven con su pareja en unión libre (85%).
¿De qué fuentes provienen los ingresos de los hogares?
En 2020, los hogares percibieron un ingreso promedio total de $53 mil 798 pesos al trimestre, o $17 mil 933 pesos al mes. La mayor parte de esos recursos provino de los ingresos del trabajo, que incluyen remuneraciones por trabajo subordinado, ingresos por trabajo independiente y de otros trabajos, incluyendo comisiones, propinas, indemnizaciones y aguinaldos, entre otros conceptos. En 2020, los ingresos del trabajo cayeron 10.7% respecto a 2018, pero aportaron 58% de los ingresos totales de los hogares, y 64% de sus ingresos corrientes (sin tomar en cuenta percepciones financieras y de capital). Otras fuentes importantes de recursos en 2020 fueron las transferencias, que aportaron el 13% del total: este incrementó 8.3% respecto a 2018. Las transferencias consisten en remesas, beneficios por programas gubernamentales y pensiones, entre otros conceptos. Por otra parte, los ingresos por renta de la propiedad disminuyeron 13.6% respecto a 2018.
Al interior de los ingresos corrientes, sin importar el sexo de la jefatura del hogar, la mayor parte del ingreso provino de los ingresos laborales y, en particular, de la remuneración por trabajo subordinado (54% del total). En los hogares con jefatura femenina las transferencias conformaron una cuarta parte del ingreso, en contraste con los hogares de jefatura masculina, donde representaron solo 15% de los ingresos corrientes.
Al interior del ingreso total de los hogares, el ingreso corriente promedio (que no considera las erogaciones financieras y de capital como el ahorro y el pago de préstamos) fue de $50 mil 309 pesos trimestrales ($16 mil 770 pesos mensuales). Al comparar con las ediciones 2016 y 2018 de la ENIGH, los recursos en 2020 fueron menores con una caída de 5.8% a comparación de 2018. Aunque en la edición previa los ingresos corrientes también se contrajeron respecto a 2016, la caída fue menor, de 4.2%.
Una de las principales diferencias en ingresos corrientes se observa en el análisis por estrato socioeconómico (alto, medio alto, medio bajo, bajo): los hogares de estrato socioeconómico alto perciben más de 3 veces el ingreso que percibe el estrato bajo. De manera mensual, el estrato alto percibe $32,432 pesos de ingresos, seguido por el estrato medio alto que ingresa $20,380 pesos. El estrato medio bajo tiene un ingreso de $14,447, mientras que el estrato bajo tiene ingresos por $9,664 pesos mensuales.
También se perciben diferencias por entidad federativa. Durante 2020, los estados con mayores ingresos corrientes fueron Nuevo León, Baja California y la Ciudad de México (CDMX), con niveles de $24 mil 310, $22 mil 607 y $22 mil 452 pesos al mes respectivamente. En contraste, Chiapas, Guerrero y Veracruz obtuvieron ingresos mensuales de menos de $12 mil pesos al mes; Chiapas, en particular, tuvo un ingreso corriente mensual de $9 mil 723 pesos al mes, cifra 60% menor a la observada en Nuevo León.
A nivel nacional, solo 64% de los ingresos corrientes provienen de ingresos laborales. En promedio, los hogares perciben $32 mil 106 pesos por trimestre en ingresos del trabajo (alrededor de $10 mil 700 pesos al mes). Por estrato socioeconómico, la situación difiere. Mientras que en los estratos de bajos ingresos se perciben $18 mil 629 pesos por trimestre, en los hogares de ingresos altos el monto de ingresos del trabajo asciende a $55 mil 931 pesos al mes. Aunque los hogares de mayores ingresos perciben mayores ingresos por trabajo, el peso de esos recursos sobre sus ingresos totales es menor: mientras que en hogares de estrato alto el 57.5% de los ingresos proviene del trabajo, en los hogares de estrato bajo el 64.3% lo hace.
Además de los ingresos laborales, las remesas fueron otra fuente de ingresos para los mexicanos: a nivel nacional la recepción de remesas representó el 0.8% de los ingresos de los hogares. En 2020, los estados con mayor recepción de remesas por hogar en 2020 fueron Nayarit, Zacatecas y Morelos. Por otro lado, las entidades federativas que menos remesas reciben por hogar son Nuevo León, Campeche y Tabasco. Más allá de la división geográfica, las remesas representaron una fuente más importante para los estratos socioeconómicos de menores ingresos. En el año, representaron el 2.5% de los recursos percibidos por hogares con bajos ingresos y el 0.9% para hogares del estrato medio bajo. Para los hogares de estrato medio alto y alto representaron el 0.5% y el 0.3% de sus ingresos, respectivamente.
Las transferencias por beneficios de programas gubernamentales representaron una mayor fuente de ingreso que las remesas con un promedio de $389 pesos mensuales, equivalente al 2.3% de sus ingresos corrientes. Entre más bajo el estrato, el beneficio en monto y porcentaje fue mayor: en el bajo, la percepción fue de $608 pesos al mes, equivalente al 6.3% de los ingresos corrientes. En el estrato medio bajo y el medio alto, los recursos fueron de $373 y $332 pesos mensuales en promedio. Por último, el estrato alto recibió $208 pesos mensuales al mes , equivalente a apenas 0.6% del ingreso.
Ante una baja en los ingresos, ¿cómo modificaron las familias mexicanas sus hábitos de gasto durante la pandemia?
La ENIGH también analiza cuánto y cómo gastan los hogares mexicanos. En 2020 estos ascendieron a $47 mil 396 pesos por trimestre, o $15 mil 799 pesos al mes. El 83% del gasto fue corriente, mientras que el 17% restante se dirigió a las erogaciones financieras (que incluyen pagos de deuda, ahorro, compras de bienes inmuebles y otros). La proporción del gasto destinado a pagos financieros incrementó entre 2018 y 2020, al pasar de 14% a 17% de los gastos de los hogares. Por su parte, el gasto corriente disminuyó en 12.9% respecto a 2018; en 2020, los hogares ejercieron un gasto corriente monetario de $9 mil 970 pesos al mes. A diferencia de los ingresos corrientes – donde también se había registrado una disminución en 2018 –, la disminución en el gasto corriente monetario se observó después de un incremento de 1.9% entre 2016 y 2018.
Al interior del gasto corriente, prácticamente todos los rubros mostraron disminuciones. Las únicas excepciones fueron los gastos en vivienda y servicios, que incrementaron 0.3%, y los destinados a cuidado de la salud, donde el monto incrementó 40.5% respecto a 2018. En contraste, se observaron disminuciones marcadas en el gasto dirigido a transporte y comunicaciones, educación y esparcimiento y vestido y calzado, con caídas de (-)18.9%, (-)44.8% y (-)42%, respectivamente. En el periodo, la mayor parte del gasto corriente se dedicó a rubros esenciales como los alimentos (38%) y la vivienda (11%), mientras que en rubros como vestido y calzado el gasto representó sólo 3% del total (a diferencia de la proporción observada en 2018, de 4.5%).
La composición del gasto corriente resultó ser muy similar entre los hogares de jefatura femenina y masculina. La mayor diferencia se encontró en el transporte, donde los hogares encabezados por hombres gastaron casi 2 puntos porcentuales más que los hogares encabezados por mujeres. Únicamente en rubros como cuidados personales (8.5%) y vivienda y energía eléctrica (12%) los hogares con jefatura femenina gastaron ligeramente más.
La disparidad regional en el gasto corriente es similar a la observada en los ingresos: las entidades con mayor nivel de gasto fueron la CDMX, Baja California y Nuevo León, mientras que Chiapas, Guerrero y Oaxaca gastaron menos, en promedio, que el resto de la república. La entidad con mayor gasto promedio, la CDMX, tuvo un gasto corriente monetario de $12 mil 590 pesos al mes, mientras que en el otro extremo se encontró Chiapas con casi la mitad ($6 mil 484 pesos). En cuanto al estrato socioeconómico, el gasto registrado en los hogares de ingresos altos fue de $21 mil 697 pesos mensuales, seguido de $12 mil 724 pesos en hogares de ingreso medio alto, $9 mil 285 en el estrato medio bajo y $5 mil 906 pesos en el estrato de ingreso bajo.
En el año, los hogares mexicanos destinaron $3 mil 793 pesos mensuales a los alimentos, bebidas y tabaco, monto equivalente al 31% de sus gastos monetarios. A pesar de que el gasto económico aumenta a medida que el estrato sube, el porcentaje de gasto destinado a los alimentos aumenta conforme el estrato socioeconómico disminuye. Los hogares con menores ingresos deben destinar una mayor proporción de sus recursos a necesidades básicas. Mientras que en el estrato alto se dedicó el 22.3% de los gastos a los alimentos, en el estrato bajo el porcentaje destinado fue de 38.4%. Con el gasto en vivienda sucede el efecto opuesto: mientras que para el estrato bajo el gasto en vivienda representó el 5.2% de sus gastos monetarios, para el estrato alto aportó el 10.6%.
¿Qué cambió en los ingresos y los gastos en el contexto de la pandemia?
En el contexto de la pandemia y la recuperación económica (la ENIGH 2020 se levantó entre agosto y noviembre de 2020), algunas fuentes específicas de ingreso para los hogares sufrieron cambios importantes. En el rubro de propinas y comisiones, por ejemplo, la importancia como proporción de los ingresos totales cayó de 1.5% en 2018 a 1.0% en 2020. En el contexto de la suspensión de actividades económicas en establecimientos como restaurantes y bares, la cantidad total de propinas y comisiones registradas como ingreso del hogar cayó más de 30% respecto a 2018, y fue también menor al monto registrado en 2016. Por otra parte, los ingresos por indemnizaciones por trabajo y los percibidos por beneficios de programas gubernamentales incrementaron: como proporción del ingreso total de los hogares de México, representaron 0.4% y 2.2%, respectivamente.
Además, el destino de los gastos de los hogares también sufrió modificaciones: 2.4% del gasto total de los hogares del país se destinó a salud, una proporción mayor a la observada en 2018. En contraste, el gasto destinado al pago de tarjeta de crédito, y el destinado a la educación, cayeron tanto en monto como en % del total (y también en monto total). En específico, el gasto que los hogares destinaron al pago de las tarjetas de crédito disminuyó más de 15% respecto a 2018, y representó 1.6% del gasto total del periodo; el gasto en educación, que cayó más de 40%, representó sólo 3.3% del gasto total de los hogares, una proporción mucho menor a la observada en 2018.
En materia de educación, el gasto destinado mostró disparidades por estrato socioeconómico: los estratos bajos destinaron una menor proporción (2.8%) de sus gastos al rubro, mientras que en el estrato medio bajo y medio alto se destinó 4.3% y 5.0% del total, y en los hogares de ingresos altos un 5.6%. Los hogares de menores ingresos también dedicaron una menor proporción de sus gastos al pago de tarjetas de crédito (0.6%), mientras que en el estrato alto el gasto a ese rubro representa el 5.1% del total. Además, mientras que los hogares de ingresos bajos dedican aproximadamente $40 pesos al mes a ese tipo de pagos, en los hogares de estratos altos el gasto asciende a $1,206 pesos. Además de una diferencia en ingresos disponibles para el gasto, la disparidad refleja una clara diferencia en el acceso a servicios financieros.
Por el lado del gasto en salud, que incrementó 40.5% respecto a 2018, el gasto mensual promedio a nivel nacional fue de $422 pesos. Por estrato socioeconómico, el gasto mensual fue de $698 en el estrato alto, $484 en el medio alto, y $373 en el medio bajo; en los hogares de ingresos bajos, el gasto mensual destinado fue de $319 pesos al mes. A pesar de tener un monto total menor en el gasto en salud, los hogares de estrato bajo dedicaron una mayor proporción del gasto al rubro (4.4% del gasto monetario total) que la observada en el estrato alto (de 3%).
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares es un ejercicio de gran relevancia que permite comprender los cambios en los patrones de consumo y gasto de las familias mexicanas. En esta edición, respondieron al contexto económico de la crisis por la pandemia, que significó la eliminación de fuentes de trabajo, el cierre parcial o total de diversas actividades, y la modificación de las políticas fiscales y monetarias implementadas por el gobierno. Sus estadísticas permiten una interpretación adicional de las brechas existentes entre distintos grupos sociodemográficos, como estrato socioeconómicos, sexo, o entidad federativa.
La ENIGH 2020 reveló que para los hogares mexicanos más de la mitad de los ingresos provienen del fruto del trabajo de sus integrantes y, como consecuencia de una crisis que golpeó los niveles de empleo, estos se redujeron un 10.7%. Al igual que la reducción observada en ingresos por trabajo, otros rubros de ingreso también disminuyeron, como la renta de propiedad que observó una caída de 13.6%. El sustento económico de las familias se vio afectado, lo que implicó una modificación obligatoria en los patrones de los gastos que ejercen, con una caída significativa de 12.9% en el gasto no relacionado a rubros financieros.
Esta Encuesta brinda la oportunidad no sólo de observar en qué rubros persiste la desigualdad, sino de localizar las nuevas afectaciones ocasionadas por la crisis. Los datos proveen una herramienta necesaria para generar propuestas y políticas públicas efectivas que mitiguen el impacto que los mexicanos observaron en su bolsillo y coadyuven a corregir disparidades persistentes en el país.
Para más información sobre las condiciones socioeconómicas de México, su mercado laboral y la recuperación económica en los estados, consulta el Monitor de Competitividad del IMCO.