Los mexicanos no debemos minimizar lo que está pasando. No es normal que el presidente se refiera a sus gobernados, en particular a los más pobres, como mascotas.

Preocupa que, frente al dictamen de la Comisión de Presupuesto, las y los diputados reconsideren la extinción de fideicomisos cuya utilidad y existencia se habían determinado como indispensables.

El discurso, las leyes y los programas deben traducirse en un mejor trato para las mujeres.

Las mujeres necesitamos mejores oportunidades en la economía, así como trato equitativo.

Las empresas mexicanas requieren de políticas de integridad para ser competitivas a nivel mundial y para cumplir con el marco normativo nacional.

La transición energética no será posible sin energías renovables y sin atraer inversión privada en el mercado de generación eléctrica.

Mucho se dice que la economía se recuperará en forma de V, de W, de U o “de palomita”, pero quizás la K sea más factible.