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Tecnología en las escuelas, ¿para qué?

Ingrid Chávez | @IngridChavezO y Pablo Clark | @PabloClarkD

El acceso a nuevas tecnologías es útil pero no suficiente para elevar la calidad de la educación en México. Aunque en los últimos años, múltiples gobiernos hablan sobre la necesidad de adquirir equipamiento tecnológico para las aulas, ¿esta inversión se ha traducido en el desarrollo de mejores competencias en los alumnos?

Hasta ahora, los niveles de aprendizaje permanecen bajos. El primer paso para aprovechar la tecnología es identificar cómo usarla para apoyar las necesidades diarias en las escuelas: desde temas administrativos, de formación, participación, hasta procesos de enseñanza.

De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), durante el ciclo 2017-2018, el 46% de las primarias del país contaba con al menos una computadora para uso educativo, lo que equivale a 45 mil escuelas. El consenso de maestros e investigadores es que la contribución de nuevas tecnologías en la mejora del aprendizaje de los alumnos ha sido limitada.

La tecnología puede ser parte de las soluciones para mejorar la educación, pero para contribuir a ello se debe tener claro quiénes utilizarán las herramientas, para qué y cómo. Estas deben impulsar al sistema educativo para ofrecer alternativas en el diseño de sus procesos. Sin un enfoque alineado a responder a las exigencias de la comunidad educativa, el hecho de dotar solo de hardware a las escuelas nunca será suficiente.

Existen múltiples retos que la tecnología puede ayudar a resolver. Por ejemplo, es necesario reforzar los canales de comunicación entre las escuelas, las autoridades escolares y los padres de familia. Los directores tienen que gestionar a la plantilla y los recursos del plantel. Los maestros deben presentar reportes a las autoridades, distribuir materiales de trabajo a sus alumnos y calificar ejercicios, tareas y exámenes. Los alumnos necesitan y quieren aprender.

Para contribuir a resolver esas problemáticas, se requieren estrategias que incorporen a la tecnología en el quehacer de los agentes educativos y respondan a las necesidades cotidianas de las escuelas, a fin de construir una educación de mejor calidad y más inclusiva.

Algunos casos de éxito han identificado lecciones sobre cómo incorporar la tecnología al sistema educativo. Los elementos indispensables incluyen:

  • Capacitación para directores y maestros.
  • Acompañamiento a las escuelas por parte de tutores.
  • Integración con estrategias de conectividad a internet.
  • Implementación flexible que permita su adaptación al contexto local.
  • Certificación de habilidades digitales en docentes para transmitir sus experiencias a nuevos maestros.

La discusión sobre el rol de la tecnología en las aulas frecuentemente se ha quedado en la pregunta de proveer o no a las escuelas con tabletas o computadoras. Mientras ese sea el debate, el impacto de esas herramientas continuará siendo reducido.

Publicado por Animal Político
24-02-2020