El más reciente estudio de la OCDE “Todos juntos: ¿Por qué reducir la desigualdad nos beneficia?” (In It Together: Why Less Inequality Benefits Alla) explora por qué la brecha entre los ricos y los pobres continua acrecentándose.
El desarrollo ha beneficiado desproporcionalmente a los grupos con altos ingresos mientras que los hogares con bajos ingresos se han quedado rezagados. La desigualdad en los ingresos ha alcanzado alzas sin precedentes en la mayoría de los países de la OCDE y se mantiene en niveles aún más altos en muchas economías emergentes.
Entre los hallazgos destacados del informe se encuentran los siguientes:
- La población que ocupa el 10% superior de la escala de ingresos en la OCDE ahora gana 9.6 veces el ingreso de la población que ocupa el 10% inferior, arriba de la proporción 7:1 que prevalecía en la década de 1980 y la de 9:1 de la década de 2000.
- La creciente proporción de personas que trabajan a tiempo parcial, con contrato temporal o que son autoempleadas es un factor importante del incremento constante de la desigualdad. Entre 1995 y 2013, más del 50% de los empleos creados en los países de la OCDE se ubicaron en estas categorías. En particular, los trabajadores temporales poco calificados tienen ingresos mucho más bajos e inestables que los trabajadores permanentes.
- Los jóvenes son los más afectados: 40% tienen empleos atípicos y cerca de la mitad de los trabajadores temporales tienen menos de 30 años de edad. Asimismo, son menos sus probabilidades de cambiar de un empleo temporal a uno permanente y estable.
- Es necesario trabajar más en reducir la brecha de género. El aumento del número de mujeres que trabajan ha ayudado a contener el aumento en la desigualdad, pese a que es 16% menos probable que su trabajo sea remunerado y su ingreso es alrededor de 15% menor que el de los hombres. Si la proporción de familias con mujeres que trabajan hubiera permanecido en los niveles de hace 20 a 25 años, la desigualdad de ingresos habría aumentado en casi 1 punto Gini más en promedio.
- La desigualdad de ingresos en México es una de las más altas en los países de la OCDE y ha aumentado de nuevo en años recientes. Si bien la desigualdad bajó en la década previa a 2005, en la reciente recesión económica aumentó de nuevo.
- El ingreso familiar real disponible bajó vigorosamente en el periodo posterior a la crisis financiera global. En 2010, el ingreso familiar promedio fue 11% más bajo que en 2008. Entre 2010 y 2012, el ingreso familiar total creció ligeramente; sin embargo, sólo los ubicados en el extremo superior se beneficiaron (+7%), en tanto que los ingresos entre el 40% en el extremo inferior se redujeron en un 3%.
- La pobreza de ingresos relativa (población que se encuentra debajo del 50% del ingreso medio) en México es casi el doble que el promedio de la OCDE y, tras una baja continua desde 1996, comenzó a elevarse de nuevo en 2007.
- El gasto público social aumentó en gran medida, pero aún es comparativamente bajo: en 2012, México gastó cerca del 8% del PIB en salud y educación, más que Perú pero menos que Brasil y el promedio de la OCDE de 11%.
Más allá de su impacto en la cohesión social, en el informe se hace hincapié en que la creciente desigualdad y las débiles oportunidades disponibles en el mercado laboral son nocivas para el crecimiento económico de largo plazo.
Para reducir la desigualdad y aumentar el crecimiento incluyente, la OCDE afirma que los gobiernos requieren promover la igualdad de género en el empleo; ampliar el acceso a mejores empleos, y estimular una mayor inversión en formación y adquisición de competencias durante toda la vida laboral.
La redistribución mediante impuestos y transferencias es también una manera eficaz de reducir la desigualdad.
Consulta y descarga el informe completo de la OCDE aquí
Revisa la herramienta de la OCDE "Compara tu ingreso"
% de trabajadores cuyo ingreso está por debajo de la línea de la pobreza, vía @ocdeenespanol http://t.co/n4fa6f114Z pic.twitter.com/Zfw1Jy1vII
— IMCO (@imcomx) June 13, 2015