Aunque las mujeres representamos más de la mitad de la población y somos parte fundamental del motor de la economía, en México falta información con perspectiva de género. Carecer de datos precisos dificulta la toma de decisiones y a quienes proponen cambios en las políticas públicas les impide evaluar su efectividad para mejorar la calidad de vida de las mujeres y niñas, así como aprovechar el talento femenino.
Problemas como la inseguridad en el transporte público, la falta de acceso a educación, las condiciones del mercado laboral o la falta de presupuesto en los servicios de salud, por mencionar solo algunos, no son neutrales al género y tienen efectos que impactan de manera diferenciada.
El monitor #MujerEnLaEconomía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) muestra que las mujeres dedican 2.5 veces más horas a labores de trabajo no remunerado en comparación con los hombres. Desafíos como este deben analizarse con lupa de género para diseñar políticas con base en evidencia que permitan a las mujeres destinar tiempo a actividades productivas en el mercado formal.
Si bien las mujeres representan 39% del total de la población que tiene un trabajo o está en búsqueda de uno, las barreras que enfrentan las mujeres indígenas en Oaxaca para tener un empleo no son las mismas que aquellas que viven en la Ciudad de México. Incluso, los desafíos cambian dependiendo de tu estado civil, de tu edad o de si eres madre.
En espacios de toma de decisiones como la Cámara de Diputados y el Senado, donde la representación de mujeres ha aumentado, también existen barreras que limitan la participación efectiva de las legisladoras. Aunque se festeja la paridad, se dice muy poco sobre su falta de liderazgo en las comisiones que se consideran clave como economía, comercio o energía.
Por tanto, los problemas que enfrentan las mujeres no son homogéneos y, en este caso, las afectaciones laborales desproporcionadas que han sufrido ellas impactan en un problema serio de calidad de empleo. Ello aunado a las mujeres que se encuentran desocupadas, que laboran en la informalidad o que están subocupadas incrementan las brechas de género.
Para analizar estos temas, el Imco estrena Con lupa de género, un espacio semanal para reflexionar sobre los principales desafíos económicos y sociales que enfrentan las mujeres para alcanzar su autonomía económica, mejores perspectivas profesionales e insertarse al mercado laboral para impulsar la competitividad de México.
El primer paso para diseñar un país que sirva a mujeres y hombres por igual es dimensionar cómo la falta de datos con perspectiva de género invisibiliza a las mujeres y configura la antesala de distintas brechas en el país. Concebir los problemas por igual significa perder la oportunidad de construir políticas públicas inclusivas y detonar cambios estructurales que ofrezcan mejores oportunidades para las generaciones futuras.
Publicado en La-Lista.
06-01-2022