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Acabar con la corrupción: una promesa vacía

El pasado 9 de diciembre se conmemoró el día internacional contra la corrupción, y al igual que en años anteriores, México tiene pocos motivos para celebrar.

Además de los escándalos de corrupción tanto de administraciones pasadas como la actual, México no ha cumplido compromisos internacionales que ha asumido de manera voluntaria. Entre ellos, investigar y sancionar el cohecho internacional.

Desde 1999, México ha firmado tratados y convenciones en donde se ha comprometido a perseguir este delito como la Convención Anticohecho de la OCDE y la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción.

Sin embargo, a 21 años de haber tipificado el cohecho internacional, México no ha impuesto una sola sanción y el número de investigaciones iniciadas es considerablemente bajo al compararlo con otros países y socios comerciales.

El cohecho internacional ocurre cuando una persona o empresa soborna a un funcionario de otra nacionalidad para conseguir una ventaja indebida al momento de realizar negocios en el extranjero. Esto ocurre normalmente al momento de obtener contratos públicos, permisos de operación, o también, al importar o exportar productos que requieran pasar por aduanas.

Si bien pudiera parecer un delito alejado de la realidad mexicana, es un problema que ha estado muy presente en los escándalos de corrupción en el país.

Por ejemplo, el caso Odebrecht constituye un esquema de cohecho internacional,  ya que esta empresa sobornó a funcionarios públicos extranjeros, entre ellos mexicanos, para asegurar contratos de gobierno.

De igual forma, en 2019, Walmart fue sancionada por esquemas de cohecho internacional en México, Brasil, China e India. Entre ellos, el pago de sobornos a autoridades locales para lograr la autorización del uso de suelo comercial para la construcción de una sucursal en Teotihuacan.

Así como en los casos anteriores, donde Estados Unidos sancionó a empresas por actos de corrupción que ocurrieron fuera de su territorio, México también podría investigar y sancionar  actos cometidos por empresas mexicanas al momento de realizar negocios internacionales.

Sin embargo, la disposición de México de firmar tratados y convenciones no ha sido acompañada de resultados.

Mientras que países latinoamericanos como Brasil, Colombia y Chile han iniciado más de 10 investigaciones por este delito entre 2016 y 2019, México ha iniciado únicamente tres.

El compromiso de sancionar el cohecho internacional es también parte de tratados comerciales importantes ratificados por México como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP 11).

Esto, debido al reconocimiento de la comunidad internacional sobre las consecuencias negativas de la corrupción para el comercio y la inversión, así como la necesidad de asegurar un piso parejo al momento de buscar oportunidades de negocios en el extranjero.

Una vez más, México es el país peor calificado del T-MEC por Transparencia Internacional en la persecución del cohecho internacional, y uno de los peores países dentro de la OCDE y el TPP11.

Al no perseguir de manera efectiva este delito, México está incumpliendo compromisos comerciales importantes y no está contribuyendo a la lucha internacional contra la corrupción. Esto no sólo afecta la reputación e imagen internacional del país, sino que también implica una postura laxa frente a conductas que representan un obstáculo a la inversión y el comercio.

Publicado por Animal Político
10-12-2020