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A pesar de los cambios a la Ley Federal del Trabajo, las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar siguen siendo precarias.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en México hay 2.2 millones de personas que se dedican al trabajo del hogar remunerado, de las cuales 91% son mujeres. Hasta hace unos años, la Ley Federal del Trabajo (LFT) y la Ley del Seguro Social (LSS) contenían artículos discriminatorios que las y los excluían de prestaciones sociales como acceso a guarderías y avalaban jornadas laborales de hasta 12 horas diarias sin considerar el pago de horas extras.
En julio de 2019 se modificó dicha ley para garantizar que las personas trabajadoras del hogar contaran con un contrato escrito por su trabajo. Sin embargo, al cuarto trimestre de 2021, 97% de los trabajadores de este sector carecen de un contrato laboral.
Además, la precariedad laboral en este sector también afecta más a las mujeres en comparación con los hombres. En cuestión de ingresos, 90% de las trabajadoras del hogar reciben hasta dos salarios mínimos, lo que equivale a un máximo de 8 mil 500 pesos mensuales, mientras que 75% de los hombres del sector enfrentan la misma situación. Además, un mayor porcentaje de trabajadoras del hogar (96%) carece de acceso a instituciones de salud por parte de su trabajo en comparación con los hombres (83%).
Con el objetivo de incluir a las personas trabajadoras del hogar remuneradas al régimen obligatorio de seguridad social, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) inició en 2019 el Programa piloto para personas trabajadoras del hogar. Aunque la afiliación de las trabajadoras ha aumentado desde la implementación del programa, hasta febrero de 2022 se ha logrado el registro de 43 mil 823 personas trabajadoras del hogar, lo que representa 2% de las personas que laboran en este sector.
Una buena noticia es la reciente aprobación de reformas a la LSS por parte de la Cámara de Senadores que hace obligatoria la inscripción de las personas trabajadoras del hogar al régimen de seguridad social. De cumplirse, esto implicaría el acceso de las personas trabajadoras del hogar a los cinco seguros del IMSS: enfermedades y maternidad, por riesgos de trabajo, invalidez y vida, retiro, cesantía de edad avanzada y vejez, así como servicio de guarderías y prestaciones sociales.
A pesar de ello, aún falta mucho camino por recorrer pues de acuerdo con Marta Cebollada, coordinadora académica en el departamento de Ciencia Política en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, el cambio en las leyes no es suficiente para lograr una mayor incorporación de las trabajadoras del hogar al seguro social. Es necesario acompañar de otras medidas de política pública como campañas de difusión al programa y la generación de incentivos para que los empleadores inscriban a sus empleadas.
Las y los trabajadores del hogar sostienen el funcionamiento y el desarrollo de los hogares a través de servicios de cuidado, aseo o asistencia. Para mejorar sus condiciones laborales será necesario acompañar las normas de procesos claros y sencillos que faciliten la afiliación de las trabajadoras del hogar al seguro social.
Publicado en La-Lista.
30-03-2022