El domingo pasado se llevaron a cabo las elecciones para la gubernatura en el Estado de México y Coahuila. Afortunadamente, el proceso no presentó incidentes y la jornada electoral puede darse por terminada. Pero ahora llega la verdadera jornada: gobernar un estado en el sentido más amplio de esta frase. Es momento de dirigir, administrar y controlar el territorio, los recursos y su gente.
El Estado de México es la entidad más poblada y la segunda economía del país, con una contribución al PIB nacional de 9 %. Coahuila es el tercer estado más grande en superficie y aporta 4 % al PIB nacional. Además, la próxima gobernadora del Estado de México y el gobernador electo de Coahuila tienen dos grandes listas de asuntos por resolver. Entre los temas prioritarios para la ciudadanía y la competitividad estatal están, por supuesto, la seguridad pública, el transporte y la economía.
En el Estado de México no es posible hablar de seguridad sin atender el transporte público. De acuerdo con el INEGI, 91 % de la población mexiquense mayor de 18 años se siente insegura en el transporte público. Los datos de incidencia delictiva pueden explicar esta cifra: en 2022, ocho de cada 10 robos con violencia en el transporte público colectivo a nivel nacional ocurrieron en esta entidad.
Garantizar la seguridad de los y las usuarias ha sido una propuesta y promesa de campaña desde -al menos- 2005 y ha estado acompañada de buscar mejorar la calidad del transporte público en el Estado de México. Pero el reto no es menor, ya que además de los altos niveles de inseguridad, el transporte público mexiquense impone altos costos monetarios para la ciudadanía. Los hogares mexiquenses gastan, en promedio, 581 pesos al mes en el transporte público, el monto más alto a nivel nacional.
En el caso de Coahuila, el foco de seguridad pública es distinto, y la estrategia debería orientarse a la continuidad de estrategias exitosas y sobre todo, en la resolución de los problemas emergentes. Sobre los avances sabemos que entre 2015 y 2022 el número de carpetas de investigación por homicidios dolosos disminuyó 49 %. La coordinación entre instituciones de seguridad pública y estados vecinos es una de las razones para explicar esta mejora.
A pesar de la disminución en delitos violentos, Coahuila enfrenta un problema de narcomenudeo, con la segunda tasa más alta del país. De acuerdo con el IMCO, este delito se relaciona con la importante ruta de tránsito de narcóticos que cruza el estado hacia la frontera norte y ha generado un espacio de consumo y distribución en la entidad. Vigilar el territorio y afianzar su control es una tarea indispensable.
En materia económica, Coahuila cuenta con buenas condiciones. El IMCO identificó que es un estado con mayor disponibilidad de mano de obra calificada, baja informalidad, mejores características de las viviendas y mayor acceso a servicios básicos. Estos indicadores representan una oportunidad para propiciar el talento y la inversión en general, y ampliar sus relaciones económicas con regiones cercanas en particular.
En este contexto, más de seis millones de mexiquenses ejercieron su voto: 53 % lo hizo a favor de Delfina Gómez y 57 % de 1.3 millones de personas que fueron a las urnas en Coahuila votaron por Manolo Jiménez. Ahora, ambos serán la cabeza del poder ejecutivo de dos estados grandes, diversos y complejos.
A Delfina y Manolo les corresponde ejercer sus facultades y responsabilidades para enfrentar los problemas relacionados con la seguridad y el transporte público, así como para impulsar un crecimiento económico sostenible. El 4 de junio de 2023 quedó claro quién tendrá que rendir cuentas. Ese día comenzó el trabajo duro.
Publicado en Animal Político.
08-06-2023
