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Cómo impulsar el ciclismo urbano: Recomendaciones para las instituciones de América Latina y el Caribe vía BID

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), siguiendo su línea de Ciclo-inclusión, realizó el documento “Cómo impulsar el ciclismo urbano: Recomendaciones para las instituciones de América Latina y el Caribe”, el cual busca servir de guía para las ciudades de esta región que buscan promover la bicicleta como medio de transporte cotidiano.
Utilizar la bicicleta como medio de transporte, de acuerdo al BID, “permite afianzar estilos de vida bajos en carbono, disminuir la congestión vehicular, reducir tiempos de viaje, favorecer los encuentros ciudadanos, evitar el exceso de humo y ruido, mejorar la salud de las personas, y promover la equidad”.
Los gobiernos locales de América Latina y el Caribe cada vez se interesan más en promover la bicicleta. Para poder llevar a cabo este plan se debe de crear infraestructura adecuada, realizar actividades de promoción, pero sobre todo se deben atender los desafíos que conlleva la debida implementación.
¿Cuáles son las recomendaciones que hace el BID a esta región para mejorar la efectividad de las políticas públicas en cuanto a la promoción del uso de la bicicleta?
1.- Definir una visión
Apegarse a “El Plan Maestro de la Bicicleta” (creado por el BID) ha dado buenos resultados en los países que lo han seguido, ya que éste permite “formalizar programas y proyectos de corto y mediano plazo, y porque ayudan a posicionar al usuario de la bicicleta como un actor vial relevante, a entender su rol en el sistema de movilidad”.

2.- Modificar a las organizaciones en dos aspectos: enfoque y estructura
A nivel mundial existen varios modelos organizacionales para institucionalizar la planificación para la bicicleta en las ciudades. Para saber cuál modelo elegir, hay que considerar los atributos de cada uno de éstos: integración (“en los procesos de toma de decisión y de implementación de proyectos de movilidad”), gerencia (una oficina que solo lidere planes y proyectos de ciclo-inclusión), coordinación (“relacionado con la oferta de instancias de diálogo con actores externos a la autoridad de movilidad”) y prospección (se refiere “al horizonte de tiempo en el que se planean los proyectos y programas”).

Fuente: BID.

3.- Explorar tres fuentes de financiación
Cada ciudad tiene necesidades diferentes, por lo que es importante diseñar mecanismos de recaudación de fondos innovadores y que se adecuen al PMB. Existen tres grupos de fuentes de financiación: gobierno nacional, organizaciones multilaterales y monetizar el uso del espacio vial para financiamiento local.
4.- Fortalecer relaciones con socios estratégicos
Las conversaciones abiertas y fluidas ayudan a la ágil ejecución de proyectos, además de proveer estabilidad. Los socios estratégicos para facilitar el PMB en cualquier país de esta región son las organizaciones ciudadanas, empresas privadas, medios de comunicación e instituciones educativas.

Fuente: BID.

5.- Alinear cinco instrumentos de planeación
La efectividad de la acción pública de los planes de bicicleta depende de la alineación de todos los componentes de la planeación para así poder cumplir con las metas propuestas, así como del establecimiento de una matriz de resultados, la cual permite “la medición de indicadores y la gestión de la información orientada a evaluar y mejorar continuamente”.
6.- Articular el PMB con otros seis instrumentos de planeación urbana o regional
Para lograr la correcta y exitosa implementación del PMB se debe compartir información de los objetivos comunes con otros planes de la región, como lo son planes de movilidad, de salud pública, de seguridad vial, de calidad del aire, plan de ordenamiento y usos de suelo, así como planes de seguridad ciudadana, entre otros.
La publicación destaca que para poder impulsar el ciclismo urbano en América Latina y el Caribe es necesario reconocer que en esta región “las soluciones de movilidad urbana en muchos casos están basadas en los conceptos de planificación vial que le dan prioridad al flujo del tráfico motorizado, a costa de la conectividad y directividad de los peatones y ciclistas”, por lo que se necesita cambiar el foco de planeación de los vehículos motorizados a los no motorizados y a las necesidades de la gente.
Consulta todo sobre el documento “Cómo impulsar el ciclismo urbano: Recomendaciones para las instituciones de América Latina y el Caribe” aquí.