El nearshoring, o la reciente tendencia de relocalización de las cadenas productivas hacia países cercanos y con alianzas fuertes, representa una oportunidad para que México atraiga más inversión extranjera y obtenga beneficios económicos, como la generación de empleo.
Si bien las empresas internacionales pueden traer consigo profesionistas especializados, la legislación en México restringe la proporción de trabajadores extranjeros que los empleadores pueden contratar a no más de 10% de los técnicos y profesionales. De esta manera, la disponibilidad de talento se vuelve un aspecto fundamental para atraer y retener inversión. Pero, ¿cuánta población disponible para trabajar hay en el país y qué características tiene?
Actualmente hay cerca de 1.6 millones de mexicanos en búsqueda de empleo. Los datos muestran que, a pesar de que varios de ellos son relativamente jóvenes y están preparados, siguen en espera de una oportunidad de empleo. Poco más de una tercera parte de las personas sin empleo tienen entre 15 y 24 años y 55 % de ellos cuentan con educación media superior y/o superior.
Además de los trabajadores desocupados, hay otros 5.4 millones de personas, principalmente mujeres, que desean trabajar pero han desistido de buscar empleo por considerar poco probable el encontrar uno adecuado a sus posibilidades. La mitad de este grupo de personas son jóvenes con alta escolaridad. 5 de cada 10 personas disponibles para trabajar tienen menos de 25 años y 54 % de ellos terminaron la preparatoria, como mínimo.
Buena parte de la oferta laboral disponible en México se compone de gente joven y bien preparada, que representa un potencial sin aprovechar, pues podría aportar su talento y habilidades a la economía. El reto es, entonces, captar la mayor cantidad de inversión que posibilite la incorporación de este talento disponible al mercado laboral, para aprovechar la oportunidad de potenciar el crecimiento económico que representa el nearshoring.
El desafío no es menor si se consideran las condiciones que hacen falta en el país para atraer tanto a las empresas como a los trabajadores, y para propiciar el buen funcionamiento del mercado laboral. Por un lado, es fundamental generar un ambiente más propicio para hacer negocios y restituir la confianza de los inversionistas, para lo cual será necesario que el Gobierno Federal deje de obstaculizar la inversión privada con acciones como la cancelación de proyectos de inversión, la falta de cumplimiento de los contratos y la toma de instalaciones privadas.
Por el lado de los trabajadores, habrá que atender las dificultades que muchos de ellos enfrentan para incorporarse al mercado laboral y por las cuales permanecen sin trabajo o desanimados para buscarlo. Por ejemplo, la falta de un sistema nacional de cuidados, así como la adopción de esquemas de trabajo flexible en las empresas, impiden que muchas mujeres que desean trabajar y cuentan con la preparación para hacerlo se incorporen y permanezcan en el mercado laboral. Además, el mejoramiento de las condiciones laborales a partir de la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad, que implique una mayor remuneración, es fundamental para incentivar la participación de los trabajadores.
La falta de talento no será impedimento para que México aproveche el nearshoring, pero el beneficio de la generación de más y mejores empleos no ocurrirá de forma automática y dependerá de la medida en que se generen las condiciones necesarias para atraer e incorporar el capital humano disponible, hasta ahora desaprovechado.
Publicado en Animal Político.
01-06-2023