Opinión

Los jóvenes que “no quieren” trabajar

FOTO: MOISÉS PABLO/CUARTOSCURO.COM

El problema de la falta de personal ha escalado en el sector privado. Encontrar trabajadores para cubrir las vacantes disponibles, que cuenten con la preparación requerida y que se mantengan en los puestos por un tiempo suficientemente largo, es el mayor reto en materia laboral para cada vez más empresas, de acuerdo con una encuesta realizada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Llama la atención que esto ocurra en nuestro país donde hay tantas personas que desean trabajar, muchos de ellos jóvenes con capacidad para aportar sus habilidades a la economía. Entonces, ¿por qué la insuficiencia de personalhabiendo talento disponible?

En el país hay más de 2 millones de personas que buscan empleo y representan alrededor de 3% de la población económicamente activa. Más de un tercio de estas personas son menores de 24 años y cuentan con estudios de preparatoria como mínimo. Entonces, buena parte de quienes buscan empleo podrían cubrir algunas de las vacantes que requieren cierto nivel de cualificación y, de ser necesario, complementar su preparación con capacitaciones, por ejemplo.

Los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi muestran que alrededor de 10% de las personas desempleadas han renunciado a sus empleos anteriores debido a que las condiciones laborales empeoraron o por querer un mayor salario. Esto demuestra que no es que les falten ganas de trabajar, sino que su disposición para emplearse depende de qué tan atractivos son los puestos disponibles.

De esta manera, es importante reconocer que la insuficiencia de personal se debe en parte a que las vacantes resultan poco atractivas en términos del pago y las prestaciones laborales que ofrecen.

Ahora bien, la cantidad de gente que desea trabajar en el país va más allá de los desempleados; hay cerca de 6 millones de personasdisponibles para emplearse, aunque no buscan trabajo. En principio puede sonar contradictorio que alguien que desea emplearse no busque siquiera una oportunidad entre las vacantes sin cubrir.

Resulta que siete de cada diez de estas personas disponibles son mujeres, también jóvenes en buena medida, dedicadas principalmente a los quehaceres domésticos. Ellas desean trabajar, pero están desmotivadas para buscar empleo porque consideran que no hay posibilidad de encontrar alguna oferta compatible con su disponibilidad de tiempo y para el cual estén capacitadas.

Este talento femenino también se podría aprovechar para cubrir las vacantes que no requieren estudios universitarios, si al menos se ofrecieran jornadas flexibles y servicios de apoyo para el cuidado de los hijos que faciliten el balance entre los quehaceres domésticos y empleo. Desafortunadamente, en nuestro país aún es poco común que se ofrezcan condiciones atractivas, especialmente para las mujeres que quieren trabajar.

Es evidente que detrás de la participación insuficiente de jóvenes en la economía hay mucho más que la falta de voluntad por parte de las nuevas generaciones. Los datos laborales muestran la existencia de condiciones que pueden desincentivar, e incluso inhibir, su entrada al mercado laboralrelacionadas con la falta de prestaciones laborales y de horarios flexibles, además de poco apoyo para el cuidado infantil.

Para resolver la paradójica escasez de personal bajo este contexto de talento desaprovechado, se debe recordar que ese concepto abstracto de “fuerza de trabajo” involucra personas con necesidades específicas que ameritan un cambio en las condiciones laborales, sólo así será posible que su deseo de trabajar se refleje en una mayor participación en el mercado laboral.

Publicado en El Economista. 

08-09-2023