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Es un error minimizar la violencia contra la mujer

FOTO: FERNANDO CARRANZA GARCIA / CUARTOSCURO.COM

En el mundo, 243 millones de mujeres y niñas entre 15 y 49 años han sido víctimas de violencia física o sexual perpetrada por su pareja en los últimos 12 meses. Ante la crisis de COVID-19, la ONU Mujeres y la Organización Mundial de la Salud han advertido que la violencia podría aumentar, por lo que han exhortado a los gobiernos a tomar medidas extraordinarias.

La violencia de género es una realidad en todas las regiones del mundo, sin embargo, esta tiende a aumentar en situaciones de emergencia, incluidas las pandemias. Si bien aún hay pocos datos, investigaciones en China, Reino Unido, Argentina y Francia indican que los casos de violencia doméstica han aumentado desde que comenzó el brote de COVID-19.

En México, la situación no es diferente. Como se ha documentado en las últimas semanas, de enero a marzo de 2020 fueron registradas 67 mil 081 llamadas de emergencia consideradas como incidentes de violencia contra la mujer. En marzo, esta cifra alcanzó su nivel más alto desde 2016, con 26 mil 171 llamadas.

A pesar de que estas cifras han sido publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el presidente Andrés Manuel López Obrador las ha rechazado, al argumentar -primero- que el gobierno no advertía un aumento en las denuncias formales. Posteriormente confirmó, según sus datos, que el 90% de estas llamadas son falsas.

Estas declaraciones minimizan los actos de violencia contra la mujer, los cuales representan el abuso de derechos humanos más generalizado, pero menos reconocido en el mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas.

La violencia contra la mujer genera problemas de salud, como lesiones físicas, dificultades para conciliar el sueño, depresión, estrés postraumático y ansiedad. Impacta a hijos e hijas, ya que un ambiente violento puede ocasionar trastornos emocionales y de conducta.

Además, los costos sociales y económicos de los actos violentos tienen repercusiones en toda la sociedad. Las mujeres pueden sufrir aislamiento, incapacidad para trabajar, pérdida de empleo, ingresos y participación en el campo laboral.

En esta emergencia, las tensiones y preocupaciones son acentuadas debido a las condiciones de vida restringidas. Las mujeres que viven algún tipo de violencia en sus hogares, ya sea física, emocional, sexual o económica, están expuestas a más riesgos.

El aumento en los casos de violencia contra la mujer sucede al mismo tiempo que los servicios son limitados o comprometidos. Las mujeres no pueden acceder a los centros de atención debido a su saturación o porque los recursos son insuficientes.

De acuerdo con la Red Nacional de Refugios (RNR), los 69 espacios de protección en México se encuentran al máximo de su capacidad, al atender a 11 mil 131 mujeres, niñas y niños. Esto representa un incremento del 70% con respecto al mismo periodo de 2019.

Igualmente, han brindado orientación vía telefónica y redes sociales a más de 4 mil personas, 69% son mujeres, 19% redes de apoyo de la víctima, 9% hombres y 3% instancias de Gobierno. Es fundamental ampliar estos servicios, sin embargo, la RNR ha reportado que no cuentan con recursos extraordinarios para enfrentar esta emergencia.

La violencia contra la mujer debe ser abordada y priorizada en todo momento, sobre todo en una situación tan crítica para la dinámica de los hogares. Para esto, es necesario contar con claridad en las acciones y recursos suficientes para implementarlas. Los mensajes falsos que minimizan la violencia contra la mujer y perpetúan la desigualdad de género no son política pública.

Publicado por Animal Político
25-05-2020