Investigación

La economía en el segundo trimestre de 2022: El impulso externo al PIB

La economía en el segundo trimestre de 2022: El impulso externo al PIB

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) le da seguimiento periódico a la evolución de la economía. Con información al cierre del segundo trimestre de 2022, analizó la recuperación de los componentes de la economía y los sectores productivos que la conforman, así como el impulso proporcionado en las últimas décadas por las actividades ligadas a las cadenas productivas globales.

En el segundo trimestre de 2022, la economía mexicana mostró su quinto incremento anual consecutivo, al crecer 1.9% respecto al mismo periodo de 2021. Con ello, la economía ha crecido también 1.9% anual en el primer semestre del año. El desempeño reflejó una expansión trimestral de 0.9% en la economía, la tercera consecutiva. 

A pesar de continuar con la tendencia de recuperación iniciada en el tercer trimestre de 2020, el PIB aún muestra niveles inferiores a los observados antes de la crisis sanitaria y económica: al comparar con el primer trimestre de 2020, muestra un rezago de 0.14%, y también es 1.93% menor al del tercer trimestre de 2018 (el último pico registrado).

El cambio porcentual fue prácticamente idéntico en todos los sectores económicos: las actividades primarias, secundarias y terciarias aumentaron 0.9% respecto al segundo trimestre de 2021. Sin embargo, el avance trimestral fue más marcado en el sector secundario, que incluye actividades de manufactura, construcción, minería y energía eléctrica, pues creció 3.3% entre el primer y segundo trimestre del año. Las actividades primarias (agricultura, pesca y ganadería) crecieron 1.4% trimestral, mientras que el sector servicios (terciario) creció solo 0.9%.

En un enfoque más detallado, el crecimiento anual en los 20 sectores económicos del país tuvo diferentes niveles. Mientras que sectores como los servicios de esparcimiento, el transporte y almacenamiento o los corporativos crecieron a tasas superiores al 10%, la minería, la construcción y los servicios financieros crecieron menos de 1% anual. Además, las actividades gubernamentales y los servicios de apoyo a negocios y manejo de desechos mostraron disminuciones anuales.

Al comparar con la situación económica observada a inicios de 2020, solo 11 de los 20 sectores han recuperado o superado su nivel. En particular, los servicios de salud y asistencia social, el comercio al por mayor, la información en medios masivos y los servicios profesionales muestran incrementos de más de 10% respecto a su nivel prepandemia. Además del comercio al por mayor, que ha crecido 12.7% en los últimos 9 trimestres, otras actividades relacionadas con la economía global y las cadenas productivas integradas de las que México forma parte también superan ya su nivel: las actividades de transporte y almacenamiento lo superan en 7.5%, mientras que la industria manufacturera es 5.8% mayor.

El impulso proporcionado por sectores económicos ligados al exterior no se limita al periodo de recuperación económica post covid, sino que ha sido una constante a lo largo de las últimas 3 décadas. Entre 1994 y 2022, el comercio al por mayor, los transportes y las manufacturas han crecido, en promedio, a tasas de 3.8%, 2.9% y 2.2% cada año. Además de ser mayores a la tasa promedio anual observada en el PIB en ese periodo (2.1%), también superan las observadas en sectores como la construcción, los servicios educativos, los servicios de apoyo a negocios o la minería, que han avanzado a tasas promedio anual menores a 1.2%, con una tasa negativa en el caso de la minería (-0.4%). 

Si bien no han representado el único motor en los últimos 28 años -el sector de información en medios masivos y los servicios financieros han crecido a tasas promedio anuales de 7.8% y 7.6%, respectivamente-, los sectores mencionados han incrementado su peso en la economía. Mientras que en 1993 aportaban 29% del PIB, en 2022 representan, en conjunto, 35% del mismo.

Más allá del desempeño de los sectores económicos, la importancia del sector externo también se refleja en la evolución de los componentes de la oferta y demanda global. Por el lado de la oferta de bienes y servicios en la economía, las importaciones que llegan a México han crecido a una tasa promedio de 5.9% anual entre 1994 y 2022, una tasa casi 3 veces mayor que la observada en el componente doméstico (el PIB), de 2.1%. 

Similarmente, el componente más dinámico de la demanda global en México han sido las exportaciones, cuya tasa promedio anual en el mismo periodo ha sido de 6.0%. El nivel supera el promedio observado en el consumo privado, la formación bruta de capital fijo (la inversión), y el consumo de gobierno, con tasas de 2.5%, 2.2% y 1.6%, respectivamente. Dados esos niveles, mientras que el PIB en el primer trimestre de 2022 fue 1.8 veces mayor al observado en el primer trimestre de 1993, las exportaciones fueron 5.1 veces y las importaciones 4.7 veces mayores.

Por un lado, el dinamismo de las exportaciones a lo largo de las últimas tres décadas ha proporcionado un impulso que se refleja en los sectores económicos más ligados al sector exportador del país. Por el otro, el crecimiento de las importaciones ha aumentado la disponibilidad de productos y servicios consumidos en el mercado interno, así como los insumos utilizados por las cadenas productivas ubicadas en el país. 

El crecimiento de esos motores económicos ha sido facilitado por la existencia de 13 Tratados de Libre Comercio (TLC) con 50 diferentes países. Estos Tratados -implementados desde la década de 1990- incluyen el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), implementado en 1994, así como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que lo reemplazó y entró en vigor en 2020. Además, México es parte del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT), vigente en México desde 2018, y el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM), vigente desde el 2000. 

El cumplimiento de las disposiciones incluidas en los TLC en los que México participa es un elemento indispensable para garantizar la competitividad del país, y es fundamental para asegurar el acceso y aprovechamiento de beneficios comerciales que permitan mantener e incrementar el impulso que los componentes ligados al exterior proporcionan a la economía nacional.