El crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2023
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) le da seguimiento periódico a la evolución de la economía. Con información al primer trimestre de 2023, el PIB avanzó 1.0% respecto al último trimestre de 2022 y 3.7% respecto a principios del año pasado. Con este desempeño, la economía mexicana ligó ocho trimestres consecutivos de crecimiento anual, aunque el ritmo ha sido fluctuante.
El crecimiento logrado a la fecha no ha bastado para consolidar la recuperación de la economía mexicana, pues aún no se retoma la senda de crecimiento observada antes del inicio de la pandemia.
Aunque el nivel del PIB actualmente es 2.8% superior al registrado antes de la pandemia (primer trimestre de 2020), aún es inferior al que se habría observado de continuar con la tendencia de crecimiento registrada en los cinco años previos al inicio de la crisis. De haber continuado con el ritmo de crecimiento observado entre los primeros trimestres de 2015 y 2020, la economía mexicana habría crecido 0.4% cada trimestre, en promedio, y tendría un valor del PIB de alrededor de 19.6 billones de pesos en el primer trimestre de 2023. En cambio, actualmente el PIB es de 18.7 billones de pesos, lo que implica que hay una brecha de 4.5%.
La dinámica de los principales sectores de actividad
El desempeño de la economía en su conjunto es resultado neto de las distintas situaciones en que se encuentran las tres actividades económicas en el país (primarias, secundarias y terciarias) y, en mayor medida, sus sectores más grandes, con mayor aporte a la producción agregada y que concentran la mayor parte de los trabajadores.
El grupo de actividades primarias, es decir, aquellas basadas en la extracción de los recursos naturales, incluye la agricultura, la pesca, la ganadería, la caza y el aprovechamiento forestal. En conjunto representan alrededor de 3.4% de la producción total y en ellas se ocupan 12% de los trabajadores del país. En promedio, un trabajador dedicado a estas actividades recibe un ingreso de 6 mil 75 pesos mensuales, el nivel más bajo entre los 20 sectores de actividad que componen la economía mexicana.
En el primer trimestre de 2023, el PIB agropecuario ascendió a 622 mil 507 millones de pesos; cayó (-)2.8% de forma trimestral y avanzó 2.9% de forma anual. De la misma forma que a nivel nacional, la recuperación en este sector es incompleta: aunque actualmente el PIB es 3.7% superior al nivel observado hace tres años (primer trimestre de 2020), aún es inferior al que se habría observado de continuar la tendencia de crecimiento registrada cinco años antes del inicio de la pandemia, en 3.7%.
Por otra parte, las actividades secundarias (o industriales) contemplan la minería, la generación y distribución de electricidad, gas y agua, la construcción y las manufacturas. Más de la mitad de la producción total de este grupo de actividades lo aporta la industria manufacturera, que representa 17% del PIB nacional. Casi 2 de cada 10 personas con empleo en el país laboran en esa industria, y perciben un ingreso promedio de alrededor de 8 mil 600 pesos mensuales, que es similar al promedio nacional (8 mil 843 pesos mensuales).
El PIB manufacturero muestra mayor dinamismo que el sector agropecuario. En el primer trimestre de este año, avanzó 0.2% de forma trimestral y 2.7% de forma anual. Tras la caída de (-)26% durante el segundo trimestre de 2020, repuntó 31% el trimestre siguiente y restituyó el nivel previo a la pandemia en el cuarto trimestre de 2020. Desde el primer trimestre de 2021, ha crecido trimestralmente a una tasa promedio de 0.7% y, actualmente, supera en 7.8% el desempeño observado en el primer trimestre de 2020. Respecto a lo proyectado, el nivel del sector es cercano al que se habría observado de continuar la senda de crecimiento observada cinco años antes del inicio de la pandemia, con una brecha de solo 0.4%.
Finalmente, el grupo de actividades terciarias incluye diversos servicios, además del comercio y los transportes. Destacan los servicios inmobiliarios y de alquiler por tener el mayor peso en este grupo de actividades y aportar 12% de la economía a nivel nacional. Menos del 1% de los trabajadores en el país se ocupan en este sector; sin embargo, tienen una remuneración de cerca de 13 mil pesos mensuales promedio, la cual es 1.5 veces mayor que el promedio nacional.
Los servicios inmobiliarios muestran un nivel de recuperación similar al de las manufacturas. El PIB en esta actividad ascendió a 2 billones 167 mil 548 millones de pesos a principios de este año; aunque retrocedió (-)0.1% de forma trimestral, avanzó 2.4% de forma anual. Tomó poco más de un año restituir el nivel previo al inicio de la pandemia en este sector, luego de que el PIB cayera (-)4% en el segundo trimestre de 2020. Desde el segundo trimestre de 2021 ha crecido a un ritmo trimestral promedio de 0.5% y el PIB registrado en el primer trimestre de 2023 es 3.7% mayor al del primer trimestre de 2020. Además, está próximo a retomar la senda de crecimiento previa al inicio de la pandemia, pues es sólo 0.5% inferior al nivel que se habría observado de continuar la tendencia de crecimiento mostrada entre inicios de 2015 y de 2020.
La economía mexicana se ha mantenido en crecimiento, aunque a un ritmo insuficiente para completar su recuperación tras el impacto inducido por la pandemia. Para hablar de recuperación, no basta con restituir el nivel de producción previo a la crisis, sino que se debe aspirar a retomar la senda de crecimiento observada en años anteriores. Si bien en el primer trimestre de este año el nivel del PIB fue 2.8% superior al que se observó durante el primer trimestre de 2020, persiste una brecha de (-)4.5% entre el valor de la producción actual y el que se habría alcanzado de continuar la tendencia de crecimiento económico registrada cinco años antes del inicio de la pandemia.
El crecimiento alcanzado a la fecha ha estado impulsado en buena medida por los sectores más importantes en términos del porcentaje que aportan a la producción agregada y la cantidad de empleo que generan. En las manufacturas y los servicios inmobiliarios, que en conjunto aportan casi 30% del PIB y emplean a 17% de los trabajadores, el nivel de producción se restituyó alrededor de un año después de iniciada la pandemia y, además, están próximos a retomar el ritmo de crecimiento que tenían antes de que iniciara la crisis sanitaria.
Pero la importancia de estos sectores va más allá de su tamaño. Su vínculo con la economía global y las cadenas productivas de las que México forma parte (especialmente en el caso de las manufacturas), las convierte en transmisoras del impulso que da el sector externo a través de la demanda por exportaciones, principalmente. El dinamismo en este tipo de actividades se transmite hacia otros sectores de la economía, gracias a la demanda de bienes y servicios que generan al aumentar su producción.
Por otro lado, aunque las actividades agropecuarias son de menor tamaño, tienen una importancia fundamental para la seguridad alimentaria del país y el potencial para aportar al combate a los problemas de pobreza y la desigualdad. Sin embargo, este tipo de actividades están más rezagadas en el proceso de recuperación, pues al cierre del primer trimestre del año se encuentra lejos del nivel que tendría con la tendencia de crecimiento prepandemia.
El ritmo de crecimiento de la economía mexicana refleja el desempeño de las actividades ligadas en mayor medida al sector externo, que ha sido de los principales motores en los últimos periodos, mientras que las actividades más relacionadas a la economía doméstica -como la construcción, los servicios educativos, profesionales y de salud, o las actividades gubernamentales- mantienen un peor desempeño.
Sin embargo, para impulsar el crecimiento sostenido y de largo plazo, se requiere encender también el motor interno de la economía que representan las actividades domésticas, lo cual sólo es posible a partir del aumento de la inversión privada que permita alcanzar una mayor capacidad productiva y que actualmente se mantiene rezagada en el país. Para ello, será fundamental generar un ambiente propicio para hacer y atraer negocios a fin de restituir la confianza de los inversionistas, desalentada por acciones del Gobierno Federal que merman el Estado de derecho, como la cancelación de proyectos de inversión, la falta de cumplimiento los contratos y la toma de instalaciones privadas. En este sentido, se requiere que el gobierno implemente medidas de política que faciliten la inversión privada, en vez de obstaculizarla.