La educación es la herramienta más poderosa para impulsar el desarrollo y la movilidad social. No obstante, la educación pública ha carecido de estabilidad y de visión de largo plazo en los últimos tres sexenios. Los constantes cambios que ocurren desde 2006 dan cuenta de que los estudiantes y la calidad de los servicios educativos no son prioritarios para los gobiernos. Ejemplo de ello es que en este periodo se han creado y desmantelado instituciones y programas como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) o las pruebas estandarizadas de Planea, han operado de manera simultánea tres planes educativos con visiones contradictorias y la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha cambiado de titular, en promedio, cada dos años.
Recientemente se anunció que Mario Delgado será el próximo secretario de educación, por lo que él heredará la responsabilidad de enfrentar los retos educativos que llevan años arrastrando y se profundizaron con la pandemia. Si bien el panorama educativo no es alentador, hay tres pendientes que, si no se atienden con urgencia, podrían frenar la formación de talento y la competitividad de México: la baja asistencia a la escuela, el bajo rendimiento educativo, además del acceso y calidad de las escuelas y sus recursos.
La pérdida de escolarización experimenta un rezago de más de 20 años.En todo lo que va del siglo, nunca hemos tenido tantos niños y jóvenes sin estudiar. El declive en la matriculación es consecuencia directa de la pandemia. Entre 2019 y 2023, 1.1 millones de estudiantes entre tres y 14 años abandonaron la educación formal y siguen sin volver. Lo más grave de la deserción escolar son sus efectos sobre las posibilidades de acceder a un empleo digno. Entre más bajo sea el nivel de estudios al momento de iniciar la trayectoria laboral, los ingresos serán más bajos y el riesgo de informalidad más elevado.
A la caída en la asistencia escolar se suma el bajo rendimiento educativo en áreas prioritarias como matemáticas o comprensión lectora. Los resultados de la prueba PISA 2022 muestran una grave carencia de habilidades básicas entre los alumnos de secundaria. Entre ellos, dos de cada tres son incapaces de resolver problemas simples de matemáticas y uno de cada dos no comprende lo que lee. La falta de habilidades básicas tiene implicaciones profundas y duraderas en la vida de una persona tanto en su educación, empleo, ingresos, hasta en la capacidad de tomar decisiones informadas y participar en la sociedad.
Finalmente, las condiciones actuales de las escuelas son una enorme desventaja del sistema educativo. Si bien la cifra de planteles con acceso a servicios básicos (agua potable, electricidad, servicio de lavado de manos y sanitarios) aumentó considerablemente entre 2019 y 2023, una de cada tres escuelas de educación obligatoria aún carecen de alguno de ellos. El acceso y la calidad de la educación están vinculadas íntimamente con adecuación de la infraestructura educativa. Sin condiciones mínimas en las escuelas, se obstaculiza el retorno a las aulas y la calidad del aprendizaje que adquieren los estudiantes.
Los rezagos educativos seguirán empeorando a menos que las autoridades logren garantizar la estabilidad, incorporar una visión de largo plazo y asegurar los recursos suficientes para mejorar en estos tres pendientes. Más allá de la posición fundamental de la SEP en el tablero político, su nueva cabeza heredará la responsabilidad de proponer e implementar una estrategia transexenal de largo alcance que ponga fin a los pendientes acumulados que arriesgan el acceso de los mexicanos a una educación de calidad y deterioran la calidad de sus futuras oportunidades laborales.
Publicado en Animal Político
11-07-2024