Maribel Quiroga, socia del International Women’s Forum (IWF), escribe en su libro El turno es nuestro, que el liderazgo no es un tema de género, sino de herramientas, actitudes y decisiones. Sin embargo, en México pareciera que el sexo sí es determinante para acceder o no, a un cargo de alto nivel en las empresas.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó la conformación y políticas que se implementan al interior de 155 empresas: 153 listadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Bolsa Institucional de Valores (Biva), más estas dos bolsas. El resultado más sobresaliente es que, a medida que aumenta el nivel jerárquico, disminuye la representatividad de las mujeres.
Aún cuando las trabajadoras representan el 35% de la plantilla laboral, la brecha de representación es mayor en los puestos de alto nivel. En el caso de las vicepresidencias y/o direcciones de área, solo el 15% de estos cargos son ocupados por mujeres. La mayoría de ellas labora en el sector financiero.
Siguiendo en la cadena de nivel jerárquico, solo dos empresas son lideradas por mujeres: Ana Patricia Botín-Sanz, CEO de Banco Santander, S.A., y María Ariza, directora general de la Bolsa Institucional de Valores S.A. de C.V.
En los consejos de administración también hay brechas. Del total de los miembros que forman parte de los consejos en las empresas (2 mil 319 personas), solo el 9% (210) son mujeres. De estas, el 28% ejercen este cargo como suplentes, el cual desempeñan solo en caso de que el propietario no pueda asistir a las juntas de consejo.
Por sector, la mayoría de las consejeras se encuentra en las áreas de salud, productos de consumo frecuente y, de nuevo, en el de servicios financieros. En contraste, la menor participación está en los sectores de servicios de telecomunicaciones y materiales (4% y 6%, respectivamente).
Pero ¿a qué se debe que haya pocas mujeres en la mesa donde se toman decisiones? La International Finance Corporation, una institución encargada de promover el desarrollo económico, asegura que las organizaciones con mayor representación de mujeres en los consejos de administración, se asocian con menores riesgos de fraude y corrupción, así como mayor confianza por parte de los accionistas, mejor clima de inversión y mejor reputación. No obstante, hasta ahora, se han emprendido pocas estrategias para equilibrar la participación de las mujeres en los rangos más altos.
La Ley de Mercado de Valores establece que los consejos deben estar conformados por un mínimo de cinco y hasta 21 integrantes, sin embargo, ésta no considera que la representación de mujeres y hombres sea equitativa con base en sus aptitudes, experiencia y conocimientos. Al incorporar este señalamiento, no solo más mujeres tendrían voz para tomar decisiones, sino que se podría incentivar a más empresas a incluir políticas a favor de condiciones laborales equitativas.
Algunas de las estrategias para incorporar a más mujeres en puestos de alto nivel son las convocatorias dirigidas solo a mujeres, los programas de mentoría, capacitación continua para reforzar sus habilidades de liderazgo y negociación, políticas de equidad salarial, entre otras estrategias hechas a la medida de cada organización.
La iniciativa privada tiene la posibilidad de mejorar el futuro profesional de millones de mujeres. Apostar por más mujeres en puestos de liderazgo podría tener beneficios para las y los colaboradores, las empresas y México. Al garantizarlo, las generaciones de niñas y niños podrían aspirar a un futuro donde existan las mismas oportunidades de trabajo y de crecimiento profesional.