Investigación

Licencias de paternidad para celebrar el día del padre

Este domingo 20 de junio, celebramos en México el día del padre. Una fecha ideal para que, además de festejar, recordemos lo importantes que son los padres en la vida de sus hijos y el rol fundamental que tienen para apoyar la incorporación y permanencia de sus parejas en el mercado laboral si así lo desean. 

En nuestro país es difícil conocer el número exacto de padres pues, incluso, al recabar información pública, existe un sesgo de género donde solo se pregunta a las mujeres si tienen hijos. Por ejemplo, según el Consejo Nacional de Población estima que en 2015 había 20.5 millones de padres en México. Sin embargo, esta es solo una aproximación con base en la Encuesta Intercensal 2015. No existe información actualizada y clara que identifique el número de padres en el país. 

Históricamente los hombres han tenido un menor involucramiento en el cuidado de los hijos en comparación a las mujeres. Al respecto, la encuesta que realizamos junto con el periódico Reforma encontró que, durante la pandemia, el 27% de los hombres consideró que las tareas de cuidado de sus hijos aumentó. De quienes no trabajan, solo el 2% de ellos dijo que la razón es porque están al cuidado del hogar o de los hijos. Este dato contrasta con las mujeres no empleadas, ya que el 51% de ellas lo atribuye a esta misma razón.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha documentado que la intervención de los padres en los primeros meses de vida de sus hijos les permite establecer vínculos con ellos y ayuda a reducir la depresión materna. Además, contribuye al buen desarrollo social y cognitivo de las y los niños. Esto tiene efectos positivos en la participación de sus parejas en el mercado laboral al fomentar una carga más equitativa de trabajo no remunerado desde el inicio. 

Para lograrlo, es necesario que los padres trabajadores aprovechen los permisos de paternidad que por ley ofrecen los centros de trabajo, lo cual les permitiría regresar a sus empleos con mayor tranquilidad y enfoque. ¿Cómo se ven este tipo de prestaciones en México y el mundo? 

En México, los hombres que trabajan en el sector formal tienen derecho a un permiso de paternidad. El artículo 132, fracción XXVII de la Ley Federal del Trabajo establece que los empleadores tienen la obligación de otorgar a los hombres trabajadores un permiso de paternidad de cinco días laborables con goce de sueldo completo, por el nacimiento de sus hijos o la adopción de un infante. Esta prestación corre a cargo de los empleadores. 

En comparación con otros países de Latinoamérica, México está por debajo de Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Paraguay y Venezuela, quienes ofrecen de ocho a 14 días de licencias por paternidad con el 100% de goce de sueldo. El caso de Brasil es interesante ya que, a pesar de que ofrece los mismos cinco días que México, cuenta con un programa denominado Empresa Ciudadana, cuyos centros de trabajo inscritos en este podrán ofrecer hasta 15 días adicionales por licencia de paternidad con goce de sueldo. 

Un primer paso para México sería cambiar los permisos de paternidad por licencias para que sean obligatorias, intransferibles y financiadas a través del IMSS o el ISSSTE. Una política de esta índole requeriría una inversión aproximada de $1.3 mmdp al año para otorgar la licencia a los padres por una semana, lo que equivale a 1% de los recursos presupuestados en 2021 para la igualdad entre mujeres y hombres especificados en el Anexo 13. 

En contraste con países de economías avanzadas, Japón es el país que ofrece el mayor número de semanas a sus trabajadores (el equivalente a 30.4 semanas de pago completo). A pesar de la política amplia que existe en este país, solamente 6% de los papás deciden ausentarse del trabajo para cuidar a sus hijos por una combinación de factores culturales que determinan a la mujer como la encargada de labores domésticas y una percepción negativa hacia los hombres que toman este beneficio. 

La creación de una licencia de paternidad intransferible minimiza el riesgo de que ese tiempo sea tomado por la mujer, combatiendo los estereotipos de género vigentes en la sociedad. Por ejemplo, en el 2000, Islandia implementó licencias de paternidad empezando con un mes. En 2003, la licencia de paternidad intransferible se extendió a tres meses y hoy permanece la regla de que los primeros seis meses de licencia deben estar divididos de manera equitativa entre mamá y papá. En total, una pareja puede tomar hasta 9 meses de licencia, por lo que los últimos tres meses pueden ser divididos como la pareja prefiera. 

En México, si el permiso de paternidad fuera licencia, las instituciones de seguridad social podrían cuantificar el número de beneficiarios que aprovechan este beneficio. Hoy, al correr a cargo de los empleadores, esta información solo está en los registros administrativos de los centros de trabajo, por lo que es difícil conocer su evolución e impacto. 

Además, las instituciones encargadas del levantamiento de información poblacional requieren cuantificar el número preciso de padres en México, así como sus características demográficas y/o participación en el mercado, como ocurre en el caso de las mujeres. Esta información podría detonar investigaciones y generar propuestas de política acordes a su situación. 

Al hacer estos cambios, se podrían incentivar cambios en las dinámicas familiares que ayuden a cerrar las brechas entre mujeres y hombres, permitiendo condiciones laborales más equitativas para ambos y una mejor calidad de vida para sus hijos.