La semana pasada, Danielle Dithurbide entrevistó a Leticia Ramírez a horas de haberse convertido en la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP). El objetivo de la entrevista era desmenuzar el nuevo plan de estudio de educación básica.
Ante la incertidumbre que se ha suscitado respecto a la desaparición de materias y grados, Danielle le preguntó “¿cómo va a aprender un niño las matemáticas en segundo de primaria que ya esté dentro del nuevo modelo educativo?” y la secretaria dijo “no podría contestar eso”. La respuesta se volvió viral, desatando todo tipo de reacciones y chistes, pero nos debería dejar preocupados por el futuro de las y los estudiantes de este país.
Con afán de dar maromas, podríamos pensar en diferentes explicaciones para justificar la respuesta. Por ejemplo, llevaba solo unas horas en el puesto y no estaba bien informada o que el fragmento se sacó de contexto. Sin embargo, analicé la entrevista completa, y esa no fue la primera vez en la que contestó “no sé”, solo que fue la más evidente.
Al principio, Danielle le preguntó si tomaba las riendas de la SEP con un “diagnóstico claro, preciso y certero del rezago que hay en la educación en México, consecuencia de la pandemia”. A lo que la secretaría Ramírez evadió la respuesta, no dijo sí o no, solo habló de discusiones entre docentes, autoridades y expertos para generar planes y programas de respuesta. Reconoció que hay pérdidas de aprendizajes, pero no pudo contestar qué tan grandes son. Solo dijo que el rezago se tendrá que “ir midiendo”.
Aunque otras organizaciones internacionales y nacionales han estimado que la pérdida de conocimientos podría ser equivalente a dos años escolares, en la entrevista se corrobora que la SEP no cuenta con una cifra oficial. Peor aún, la secretaría tampoco delineó alguna estrategia para medirla, más allá de la evaluación diagnóstica inicial programada para septiembre y octubre, de la cual desconocemos si será posible tener resultados para todo el país o si estos serán públicos. Además, ¿qué pasará después? ¿Habrá mediciones posteriores en el ciclo escolar para monitorear avances?
Sobre abandono escolar, la secretaria Ramírez reconoció que la SEP debe medir cuántas niñas, niños y adolescentes han abandonado la escuela y dijo que tendrán resultados en octubre. Sin embargo, no mencionó un dato oficial, ni siquiera reconoció la reducción en la matrícula de más de medio millón de estudiantes entre los últimos dos ciclos escolares.
Un diagnóstico, basado en evidencia y datos, debe ser la brújula que guíe la toma de decisiones públicas. Sin embargo, la SEP pareciera tener muchos ideales para contribuir a la Cuarta Transformación, pero poco sustento para definir el rumbo de sus acciones. Esto pone en riesgo la preparación y el desarrollo de las niñas, niños y adolescentes de México.
Cuando el sector educativo requiere de una disrupción capaz de reducir las secuelas que ha dejado la pandemia, se inicia una transformación de la educación básica que, como sugiere la secretaria, antepone los objetivos del proyecto de Nación de este Gobierno sobre el desarrollo de capacidades individuales de las personas que representa. ¿A dónde nos llevará eso?
*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan la postura institucional.
Publicado en Opinión 51
07-09-2022