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La política industrial -entendida como los esfuerzos gubernamentales dirigidos a apoyar y promover sectores específicos considerados estratégicos para el desarrollo económico- ha recobrado relevancia en todo el mundo. Para México, este resurgimiento presenta una oportunidad para fortalecer su industria manufacturera, detonar mayores niveles de crecimiento y alcanzar un mayor nivel de desarrollo económico que beneficie a su población. Las tensiones geopolíticas y comerciales, así como los nuevos enfoques de seguridad nacional en la economía mundial, han generado un entorno global en el que las empresas se ven en la necesidad de evaluar sus locaciones de producción.
El Gobierno de México anunció el Plan México, una estrategia de desarrollo industrial con 13 metas hacia 2030. Este proyecto busca articular 18 programas y acciones encaminadas a fortalecer el mercado interno a partir de: colocar a México dentro de las 10 mayores economías del mundo, aumentar el contenido nacional de las exportaciones, facilitar los trámites para las inversiones, crear 1.5 millones de empleos en manufactura especializada, promover el financiamiento a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), desarrollar capital humano, entre otros objetivos. Estas metas adquieren una mayor relevancia a partir de la política comercial del gobierno estadounidense.
Por ello, este documento actualiza las ideas y propuestas centrales de la investigación Política Industrial para un nuevo sexenio, elaborada por el IMCO en colaboración con la Fundación Friedrich Naumann y presentada en septiembre de 2024, en el contexto del Plan México y considerando el nuevo entorno económico internacional.
Este estudio plantea propuestas de política pública para diez ejes centrales que deben formar parte de una política industrial integral: innovación y digitalización, encadenamientos productivos, acceso a financiamiento, infraestructura de transporte y telecomunicaciones, sostenibilidad ambiental, energía, agua, Estado de derecho y mejora regulatoria, política fiscal y comercial y capital humano calificado.
Las manufacturas, columna vertebral de las exportaciones mexicanas, tienen el potencial de convertirse en verdaderos motores de transformación económica y tecnológica para el país. Para que este potencial se materialice, es clave una política industrial que promueva su integración con proveedores locales, fortalezca los encadenamientos productivos y aumente el valor agregado nacional dentro de las cadenas globales de valor en las que México ya juega un papel estratégico.
A pesar de las tensiones comerciales impulsadas por el gobierno estadounidense, México tiene la oportunidad de ampliar su presencia en el mercado mundial y fortalecer su industria nacional. De implementarse a cabalidad, el Plan México puede reflejarse en avances significativos en esa dirección. No obstante, se requiere una visión estratégica de mediano y largo plazo, con políticas públicas concretas y viables, así como la cooperación efectiva entre el gobierno, actores no gubernamentales y el sector productivo.