Marzo 2021 llega a México en un momento en el que todas estamos enojadas. Furiosas. No es solo lo cansado del encierro interminable, sino los oídos sordos a exigencias básicas para preservar nuestra integridad sumados a un deterioro en nuestras condiciones económicas.
Hace un año, el colectivo feminista Brujas del Mar convocaba a un paro nacional para demostrar qué sería del país sin nosotras. La campaña causó revuelo al grado de ser casi un día de descanso, debido a que muchos empleadores quisieron simpatizar con la causa. Incluso se hicieron estimaciones de lo que este paro nacional costaría.
A pesar de este reclamo, poco cambió. Hoy vemos al presidente Andrés Manuel López Obrador que con sonrisa socarrona se burla del llamado a romper el pacto patriarcal, se desvía por la tangente y habla del Pacto por México. Vemos al presidente de Morena, Mario Delgado, sentirse políticamente inmune al mantener la candidatura de Félix Salgado Macedonio, a pesar de las acusaciones de violencia sexual contra varias mujeres.
¿De qué sirve tener un congreso o un gabinete paritario si las voces de las mujeres no se van a escuchar? Cientos de militantes y simpatizantes de Morena han pedido atender este caso, pero no parece ser relevante.
El contexto hostil para las mujeres no es exclusivo del ámbito político. Desde la perspectiva económica, en México la pandemia borró al menos una década de incrementos en la tasa de participación económica femenina. Más de cinco millones de mujeres perdieron su empleo entre marzo y abril 2020. Con ello se quedaron sin los ingresos que les daba libertad económica.
Conforme pasaron los meses de 2020, en diciembre, el 73% de estas mujeres recuperaron sus empleos. Sin embargo, la posición de las trabajadoras es mucho más vulnerable que la de los hombres. En enero 2021, casi 800 mil mujeres volvieron a perder su trabajo, lo que equivale al 21% de las mujeres que habían recuperado su empleo al cierre del año pasado. Los hombres tampoco tuvieron buenas noticias laborales, pero solo el 2% de quienes habían recuperado su trabajo a diciembre 2020 lo perdieron en enero.
Estos datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) nos recuerdan que las mujeres son de los grupos más vulnerables a la pandemia. Este fenómeno no es exclusivo de México, se ha dado en todo el mundo. Por ello, varios medios en inglés han denominado a esta crisis económica como “shecession”, que se refiere a una recesión que afecta más a las mujeres. Lo que sí destaca en México es que los efectos económicos desproporcionados sobre las mujeres no están ni siquiera consideradas en el discurso público.
En un México donde la violencia de género va al alza, hay evidencia de la fragilidad económica de las mujeres y políticos creen que un posible violador puede ganar en las elecciones, auguro un mes de marzo complicado.
Ojalá que esa furia retiemble y se refleje en las urnas en junio. Además, espero que sea un detonador de espacios de reflexión profunda en todos los ámbitos, empezando por nuestros hogares y centros de trabajo, porque nuestro país debe cambiar. La indiferencia es insostenible.
Publicado por Expansión
01-03-2021