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Y a ti, ¿cuánto te cuesta la cancelación del NAIM?

Ana Thaís Martínez

El pasado lunes 29 de octubre, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador anunció su decisión de cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) que se construye en Texcoco. Las opiniones de los mexicanos se polarizaron tras el anuncio, los que concordaban con la decisión tomada celebraban tres victorias: 1) que el proyecto de Santa Lucía nos iba a costar menos a los mexicanos, 2) que se detendría el daño ambiental en la región y 3) que los únicos que acababan perdiendo eran los empresarios multimillonarios que tienen contratos aún vigentes en ese proyecto.

Desafortunadamente, las tres aseveraciones están basadas en argumentos falsos.

1.- Es falso que habilitar el proyecto de Santa Lucía y reacondicionar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el Aeropuerto de Toluca sea la opción más económica para el país. En el IMCO estimamos que la sola cancelación del NAIM conlleva un costo mínimo de 270 mil millones de pesos (mmdp). Hablamos de pérdida mínima porque a este cálculo se le tendrían que agregar los costos por los litigios nacionales e internacionales que el Estado deberá enfrentar por la cancelación injustificada de contratos, costos por el pago a las líneas de crédito que utiliza el proyecto y los costos por la reparación del terreno del actual proyecto.

Lo anterior representa un problema aritmético básico: el costo de la cancelación del proyecto en Texcoco asciende a 270 mmdp, sin embargo, según el director de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) -entidad paraestatal encargada de la construcción del NAIM- la dependencia únicamente cuenta con recursos por 115 mmdp, por lo que el Estado mexicano tendrá que proporcionar recursos públicos adicionales por 155 mmdp del Presupuesto de Egresos de la Federación, esto en el caso de que no quiera restar más a su ya mermada credibilidad para cumplir con sus obligaciones contractuales e inversionistas.

Antes de la consulta, el presidente electo mencionó que para finalizar la construcción en Texcoco serían necesarios 88 mmdp y que no había recursos públicos para realizar tal pago, dos puntos al respecto a) esos 88 mmdp no iban a provenir de recursos públicos, ya que contaban con fuentes privadas para su financiamiento, b) ahora, el Gobierno tendrá que gastar 155 mmdp de recursos públicos- que antes no se tenían- tan solo para cancelar Texcoco, quedarnos sin la infraestructura aeroportuaria que el país requiere y, a esta cantidad, añadirle el costo de inversión del proyecto en Santa Lucía. Es un hecho que la cancelación saldrá más cara que la terminación del proyecto.

2.-En las semanas pasadas, el debate también se centró en el daño ambiental que la construcción del NAIM ocasiona en Texcoco, aun cuando este proyecto cuenta con nueve manifestaciones de impacto. Algunos grupos sugieren que la cancelación de Texcoco detendría la devastación al ambiente, sin embargo, lo que no entró a discusión es que no se ha hecho una evaluación de impacto ambiental para Santa Lucía, según lo declarado por el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes.

Especialistas han alertado los últimos días sobre la devastación que la habilitación de Santa Lucía puede ocasionar. Patricia Ramírez, bióloga de la UNAM, advirtió que el riesgo aviar en las operaciones de la Base Militar es aún mayor que en el caso de Texcoco, ya que la cantidad de aves en el área es casi el doble. Por otra parte, las preocupaciones ambientales también estaban dirigidas a la conservación del Lago de Texcoco, en particular del lago artificial Nabor Carrillo, sin embargo, el Lago de Zumpango es un cuerpo hídrico natural que se encuentra en extrema proximidad de la Base Aérea Santa Lucía[1]. Sin una evaluación de impacto ambiental emitida por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) resulta imposible saber si el daño a este cuerpo de agua será menor, igual o más preocupante que para el caso de Texcoco, proyecto que ya contaba con cuatro manifestaciones de impacto ambiental emitidas por la dependencia.

3.- Finalmente, y quizá el argumento de celebración más falso, es que los únicos que han perdido con la cancelación del proyecto en Texcoco son los grandes empresarios del país que tenían contratos adjudicados. Primero, los empresarios no perdieron, el Estado tendrá que hacer frente a sus obligaciones y restituir sus inversiones, aun si tiene que ser a través de tribunales internacionales.

Segundo, perdimos todos, perdimos los 129 millones de mexicanos que no somos grandes empresarios ni inversionistas. El hecho de que el Gobierno electo tenga que destinar recursos públicos a la ejecución de una decisión política que deja a la sociedad sin nada a cambio, y que no era necesaria, es una pérdida. Para dimensionar el gasto público que el Gobierno electo tendrá que ejercer para cubrir los 155 mmdp faltantes por la cancelación del proyecto podemos comparar esta cantidad como proporción del gasto presupuestado en 2018 para las secretarías de Estado[2]:

  • 56% (más de la mitad) del presupuesto de la Secretaría de Educación Pública.
  • 4040% (40 veces) del presupuesto de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
  • 200% (2 veces) del presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
  • 1322% (13 veces) del presupuesto de la Secretaría de Cultura.
  • 4171% (41 veces) del presupuesto de la Secretaría de Turismo.
  • 358% (3.5 veces) del presupuesto de la UNAM[3].

La decisión tomada por Andrés Manuel López Obrador parece no obedecer criterios económicos, ambientales o sociales. El costo multimillonario de cancelar el proyecto del NAIM en Texcoco no solo implica quedarnos sin edificar un aeropuerto muy necesario y urgente para todo el país, ni dejar a los empresarios e inversionistas sin ganas de invertir en futuros proyectos de infraestructura pública, el mayor costo implica tirar (literalmente tirar) a la basura todas las otras oportunidades que se pudieron haber creado con esos recursos para millones de mexicanos.

Un resultado muy costoso para la primera decisión política del presidente electo.


[1] Arellano, César. “En Santa Lucía, NAIM afectaría a más aves que en Texcoco”. La Jornada. 22 de octubre de 2018.
[2]El cálculo se basa con la asignación para el 2018 en el Presupuesto de Egresos de la Federación: 275 mil 443 mdp a la SEP, 3 mil 836 mdp a la STPS, 77 mil 254 mdp a la SCT, 11 mil 716 mdp a la SC y 3 mil 716 mdp a la SECTUR.
[3] El presupuesto aprobado para 2018 por el Consejo Universitario de la UNAM es de 43 mil 196 mdp.
Publicado por Animal Político
12-11-2018