Un estado o una ciudad competitiva es aquella que es capaz de atraer y retener talento e inversión de manera consistente. ¿Qué significa esto? Los estados competitivos son aquellos en los que los inversionistas y los trabajadores confían, y en donde apuestan por hacer una vida profesional y personal, donde están dispuestos a ponerle esfuerzo, tiempo y dinero al desarrollo de actividades productivas. Cada lugar ofrece oportunidades distintas para las personas, sus familias y sus emprendimientos. De ello depende si reciben migrantes, o si su población debe buscar oportunidades en otro lugar.
Es difícil cuantificar la medida en la que un estado recibe personas. Las encuestas laborales ofrecen poca información sobre las características sociodemográficas de los foráneos en un estado. Sin embargo, los resultados del más reciente Censo de Población y Vivienda nos permiten analizar de manera más profunda la migración entre estados.
La migración interna es el desplazamiento de personas entre estados, sin tomar en cuenta los flujos de personas que vienen del exterior. En este sentido, Quintana Roo, Baja California Sur, Querétaro, Nuevo León y Baja California son los cinco estados que más recibieron migrantes. Estas entidades tienen en común que se ubican dentro de las 15 mejores posiciones del Índice de Competitividad Estatal 2021 del IMCO.
Quintana Roo y Baja California Sur, durante la última década, han tenido economías dinámicas, desarrollo de infraestructura y servicios básicos, además de ser polos turísticos que generan empleos que atraen a muchas personas en busca de oportunidades. Querétaro es uno de los estados con más crecimiento en los últimos años, además su desarrollo se concentra en sectores manufactureros de alta innovación y cuenta con un mercado laboral preparado, con ingresos superiores a los de otras regiones y bajas tasas de informalidad. Por su parte, Nuevo León y Baja California albergan a dos de las zonas metropolitanas más importantes del país, con economías que crecen, altamente conectadas a los mercados internacionales, con acceso a salud y educación por encima de otras regiones.
En contraste, se encuentran los estados con más personas que emigraron en los últimos cinco años. De los siete estados con mayor emigración de personas cinco tienen las calificaciones más bajas en el Índice de Competitividad Estatal 2021. Chiapas y Oaxaca tienen problemas sociales y económicos estructurales que no han logrado corregir. Ambas entidades tienen los mayores niveles de pobreza en el país, un mercado laboral disfuncional incapaz de generar empleos de calidad, además de falta de infraestructura para ofrecer servicios a sus habitantes. En Guerrero el panorama es muy similar y, no solo eso, también en los últimos años se ha agregado un factor determinante para reducir la calidad de vida de los habitantes: violencia e inseguridad.
Tabasco también tiene rezago en los aspectos relacionados con el bienestar social y de generación de infraestructura, pero, igual que en Campeche, la salida de migrantes de ese estado se explica por dos factores. Primero, una dependencia al sector petrolero y una baja diversificación de actividades productivas que se ha reflejado en un atraso en innovación económica. Segundo, una economía paralizada por el efecto dominó de la caída en la producción petrolera. Tabasco y Campeche son, entonces, lugares donde no se generan oportunidades laborales para un amplio sector de su población. Veracruz, por su parte, es un caso especial de malos gobiernos, corrupción y deterioro del Estado de derecho que lo llevó a una espiral de desgaste en años recientes. Esto en combinación con malos indicadores económicos y sociales, en comparación con otros estados, ponen a Veracruz como la tercera entidad de donde más personas emigraron en los últimos cinco años.
Los datos del Censo de Población y Vivienda nos confirman que el deterioro social, económico e institucional de las regiones tiene un impacto en la vida de las personas. Durante los últimos cinco años, empresas y familias han abandonado sus estados de residencia ante perspectivas desfavorables de crecimiento personal y profesional. En cambio, los estados que ofrecen oportunidades laborales y de desarrollo social para el largo plazo son atractivas como un nuevo destino de residencia para las personas. Observaciones como estas favorecen la toma de decisiones para diseñar políticas públicas que fomenten mejores condiciones locales y eviten que más personas quieran migrar.
Publicado en Animal Político
10-06-2021