Las cifras de crecimiento económico de Baja California Sur llevaban una buena racha, años continuos en los que la oferta turística había dejado incrementos importantes en la producción del estado. El estado, en ocasiones a merced de fenómenos meteorológicos, se había recuperado de la posición más baja que ocupó en el Índice de Competitividad Estatal del IMCO en 2014 que estuvo en la 14va posición. Ese año, el huracán Odile devastó construcciones grandes y pequeñas en las ciudades turísticas, ocasionó cortes generalizados de electricidad y daños que ascendieron a más de mil millones de dólares.
La paulatina reconstrucción y subsecuente recuperación económica del estado influyeron, desde luego, en un avance en la posición que ocupó en el Índice, llegando al sexto lugar en 2019. Sin embargo, 2020 frenó de tajo el crecimiento económico del estado con el cierre primero total y luego parcial del turismo, lo que ocasionó un descenso de dos posiciones en el Índice.
La pandemia de covid tuvo un impacto económico brutal sobre los dos estados más turísticos del país: Baja California Sur y Quintana Roo. En BCS el PIB disminuyó más de 20%. En ese sentido, todas las variables económicas del estado muestran deterioro. Por ejemplo, el PIB per cápita de BCS se ubica en la posición 14, con 147 mil 128 pesos, pero bajó 11 posiciones en un solo año. Las tasas de crecimiento positivas que el estado había tenido por años se vieron revertidas por el decrecimiento mencionado. En promedio, el PIB cayó ¡31 posiciones! Con una tasa de crecimiento promedio de los últimos tres años de -11.9%.
El enfoque turístico que ha tenido el estado resulta en su baja diversificación. Únicamente 44% de su producción se ubica en sectores de alto crecimiento y ocupa, solo seguido por Campeche, la penúltima posición en términos de diversificación económica.
Seguramente el perfil de los visitantes que llegan a Baja California Sur ha incidido en el desarrollo de cierto tipo de infraestructura tecnológica. La entidad ocupa el primer lugar en el país en el número de viviendas con telefonía móvil y el quinto en acceso a internet. Es el tercer estado con mayor número de terminales punto de venta y el quinto en número de cajeros automáticos. Ocupa la segunda posición en flujo de pasajeros aéreos y la cuarta en la recepción de pasajeros internacionales. Es también el cuarto estado que más inversión extranjera directa recibe.
Mientras escribo estas líneas, me sorprende gratamente ver el comportamiento de diferentes variables relacionadas directamente con la calidad de vida de los habitantes del estado. Por ejemplo, es el estado con la tercer mayor esperanza de vida, 75.9 años en promedio. La cobertura educativa es de 99% y el grado de escolaridad rebasa el promedio nacional, 8.4 años, ocupando la octava posición. En términos de salud, es la quinta entidad con mayor acceso a instituciones de salud y con mayor disponibilidad de camas de hospital por cada mil habitantes. Ocupa la novena posición en el número de médicos y enfermeros, y la tercera en lo que se refiere a médicos con especialidad.
Aunque tiene un área de oportunidad importante en materia de equidad salarial, las mujeres ganan 16% menos que los hombres, ocupa el octavo lugar en términos de participación femenina en la fuerza laboral: 39% de las mujeres participan en la población económicamente activa, lejos de lo deseable, pero mejor que otros estados.
Baja California Sur es un estado extraordinario, lleno de riquezas naturales y un enorme potencial. No tengo la menor duda de que el estado se recuperará económicamente, pero el reto está en que lo haga cuidando sus recursos naturales y mejorando en las variables que tienen rezago. El Índice de Competitividad Estatal del IMCO le da a todos los ciudadanos -incluyendo aquellos que quieren participar en política– herramientas relevantes para ubicar el potencial de mejora. Ojalá les sea de utilidad.
Publicado en Animal Político
25-05-2021
