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Cosas de niños

Abril 26, 2012. El Universal. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo un llamado para erradicar la explotación laboral infantil en México. De acuerdo con cifras oficiales, tres millones de niños y adolescentes, entre los 5 y 17 años de edad, trabajan y casi la mitad no recibe ingresos o su pago es en especie.

Pablo: el trabajo infantil es un fenómeno económico complejo que ha sido satanizado. A muchos nos parte el corazón pensar en pequeñines que en lugar de estudiar o de jugar tienen que ponerse a trabajar. Sin embargo, el que no nos parezca apropiado que los niños trabajen no significa que lo mejor sea prohibir el trabajo infantil.

El trabajo infantil no necesariamente es terrible. Los niños que trabajan lo hacen para ayudar a sus padres. En muchos casos eso niños carecen de oportunidades reales para estudiar. No tienen una escuela cerca o no tienen quién los cuide después de la escuela. Y sólo una minoría está en condiciones de explotación.

Los padres que ponen a sus hijos a ayudarles no son unos descorazonados. Lo hacen por necesidad. Lo más probable es que la gran mayoría de ellos también quisiera que no tuvieran que trabajar, que estuvieran en la escuela y que tuvieran una niñez sin carencias. Pero esa no es la realidad.

En el pasado, el trabajo infantil era lo más común. De la generación de nuestros abuelos (o bisabuelos, en el caso de nuestros lectores jóvenes) más de la mitad no tenía estudios. Apenas una tercera parte tenía algunos años de primaria. ¿Dónde estaban esos niños si no estaban en la escuela? Ayudando a sus papás.

Por un lado de mi familia mis abuelos no llegaron a secundaria. ¿Qué se pusieron a hacer? Ayudar a su familia en lo que pudieron. Desde labores domésticas (cuando las familias eran grandes eso era fundamental) hasta en el trabajo (como chalanes de los padres, tíos y otros parientes). Pocas personas de esas generaciones dirían que fueron explotados. Lo más seguro es que digan (como mis abuelos) que “era lo que tenían que hacer para sobrevivir. No había de otra”.

Armando: yo no podría estar más de acuerdo con el propósito de erradicar la explotación infantil, pero que un niño dedique parte de su tiempo a trabajar no quiere decir que está siendo explotado. Quizá el problema no es del tamaño que piensa la CNDH. Las declaraciones y las estadísticas que presenta sugieren cosas que no pueden ser ciertas al mismo tiempo. Si es verdad que esos 3 millones de menores trabajan para cubrir sus necesidades básicas, no puede ser cierto al mismo tiempo que la mitad de ellos trabaje y no les paguen. Si no les pagan, entonces no puede ser cierto que trabajen para cubrir sus necesidades. Una opción sería que los estuvieran forzando a trabajar. Pero esa es una razón distinta. A mí se me hace que están confundiendo la magnesia con la gimnasia.

A mí se me hace que en esos millones hay muchos que trabajan con sus padres sin que ello constituya explotación infantil. Si hablan de menores de entre 5 y 17, también se me hace que la mayoría de esos tres millones que trabajan se concentra en los mayores de 15. Para ese grupo, creo que la necesidad de trabajar es un tema distinto a la explotación infantil.

Pablo: por donde trabajo es común ver niños acompañando a sus madres vendiendo cosas en las calles, entre el tráfico. Los niños les ayudan a vender. A pesar de que el trabajo infantil está prohibido, los policías jamás van a llevarse a la mamá y al niño a la delegación por violar la ley.

Las ideas para criminalizar el trabajo infantil dejan de lado cómo hacerlo operativamente. ¿Van a mandar al tambo a los papás que cachen poniendo a trabajar a sus hijos? ¿No es eso peor para esos niños? Y aunque tuvieran éxito impidiendo el trabajo infantil, ¿cómo sustituirían los padres el ingreso adicional o la ayuda de los hijos? Terminarían todavía más pobres.

Armando: los países firmantes de la Convención para los derechos de los niños de la ONU, están de acuerdo en proteger a los niños de ser explotados o de hacer trabajos que interfieran con su educación o que pongan en peligro su desarrollo. En acuerdo con lo anterior, en México el trabajo infantil está prohibido. Pero ni la Convención de la ONU ni las leyes mexicanas implican que los niños no puedan trabajar.

Padres de todos los niveles de ingreso en todo el mundo fomentan que sus hijos aprendan a trabajar desde pequeños sin que ello signifique explotación infantil. Estoy seguro de que existen casos horrendos de explotación de menores, pero también me parece que en la mayoría de los casos debe tratarse de hijos ayudando a sus padres y aprendiendo lo que pueden enseñarles para sobrevivir. Nada menos que uno de los candidatos a la Presidencia presumía el otro día en una conferencia que había trabajado en el negocio de su padre desde los 5 años. La verdad dudo mucho que haya habido explotación en su caso.