Opinión

Día del trabajo: es momento de exigir más

FOTO: OMAR MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM

Este domingo, México cumple 109 años de celebrar el día del trabajo. La fecha conmemorativa, celebrada oficialmente en el país desde 1913 y establecida internacionalmente en 1889, recalca la importancia de procurar mejores condiciones laborales alrededor del mundo, un tema tan pertinente ahora como lo era entonces, particularmente en México.

Un poco de contexto: el día internacional del trabajo se creó para recordar un punto de inflexión en el movimiento obrero del siglo XIX, la revuelta de Haymarket de 1886. Tras la revolución industrial, los trabajadores de Chicago -una de las ciudades estadounidenses más fuertes en términos económicos- se manifestaron para exigir una mejora en las condiciones de sus empleos, entre las cuales destacaban los días laborales de más de 18 horas. La huelga, la consecuente revuelta y la atención internacional que atrajeron resultaron en el establecimiento de una jornada laboral generalizada de 8 horas y, posteriormente, en la creación de un día festivo que se celebra no solo en México, sino en diversos países como España, Colombia y Singapur; en Estados Unidos y Canadá, el día del trabajo se celebra en septiembre.

Además de la reducción de las largas jornadas laborales (que partía de un ideal de 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de ocio), los trabajadores de ese entonces buscaban indemnizaciones por accidentes laborales y la desaparición del trabajo infantil, así como el acceso a condiciones dignas y seguras en el trabajo, incluido el descanso dominical. Desde entonces, las cosas sin duda han mejorado. En México, la Ley Federal del Trabajo establece normas que se alinean, precisamente, con los objetivos iniciales establecidos por el movimiento obrero.

Sin embargo, más de un siglo después, los avances en materia laboral no han sido suficientes para poder hablar de condiciones ideales para los trabajadores mexicanos. A pesar de la importancia de una jornada laboral adecuada para proporcionar una vida balanceada a los trabajadores del país, 3 de cada 10 de ellos trabajan más de 48 horas a la semana, y 1 de cada 10 trabaja más de 56 horas (9 horas diarias en una semana laboral de 6 días y 11 horas en una de 5). Además, más de la mitad de los y las trabajadoras tienen un empleo informal, sin acceso a prestaciones básicas y a derechos laborales como el ahorro para el retiro, los días de vacaciones pagados o un contrato legal.

Incluso para quienes tienen acceso garantizado a los días de vacaciones por ley, la cantidad es limitada en comparación con otros países: mientras que en México la ley establece 6 días para cada trabajador con más de un año de antigüedad, en Chile o Colombia se dan 15 días, mientras que en Suecia o Austria son 25 los días oficiales. Similarmente, la tasa de informalidad en México es de más del doble de la observada en países como Chile o Uruguay, donde menos de 25% de los trabajadores tiene un empleo informal.

Mientras celebramos a los trabajadores y su contribución a la economía mexicana, es pertinente ajustar las exigencias del día del trabajo al panorama actual. Las políticas para crear un mejor mercado laboral en el futuro deben estar enfocadas a garantizar condiciones adecuadas que impulsen el bienestar social y le permitan a los trabajadores tener un empleo estable, ser más productivos y proveer para sus familias, al mismo tiempo que llevan una vida equilibrada. En aquel entonces se demandaban condiciones humanas en el trabajo. Hoy es momento de exigir más.

Publicado en Animal Político.

28-04-2022