Opinión

¿Dónde quedó el apoyo a docentes?

FOTO: DANIEL AUGUSTO /CUARTOSCURO.COM

La importancia del magisterio siempre ha estado en el discurso de las administraciones federales. Sin embargo, las palabras de apoyo no se acompañan con presupuesto.

En particular hablemos del Programa de Desarrollo Profesional Docente que, desde 2014, ofrece formación continua para generar capacidades, habilidades y destrezas de maestros y maestras en los diferentes niveles educativos con el fin de mejorar el aprendizaje de las y los estudiantes. Aunque este no es el único programa para la formación continua docente, sí es un programa prioritario de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

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Fuente: Elaboración propia con datos de la SHCP (Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública 2014 a 2022). Nota: El monto observado para 2022 corresponde al segundo trimestre del año.

A pesar de tener una misión tan importante, sobre todo en medio de una crisis educativa, el presupuesto de este programa va en picada desde 2016. En dicho año, se le asignaron 3 mil 539 millones de pesos (en cifras constantes de 2022). Sin importar la implementación de reformas educativas, ni los desafíos que ha implicado la pandemia, esta partida de gasto ha caído año con año hasta quedar en 249 millones en 2022. La austeridad republicana no perdonó a este programa, pues esta última cifra es 69% menor en términos reales que la de 2019, el primer año en el que el gobierno en turno programó su gasto.

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Y lo peor es que pareciera tradición de la SEP desaprovechar los recursos que se le asignan para capacitar al personal docente. El caso más grave se presentó en 2016 en el que el presupuesto observado fue de mil 163 millones. Es decir, solo se usó 33% del presupuesto aprobado en el Congreso.

Esta diferencia entre el presupuesto asignado y el observado no solo ocurrió en la administración anterior. En la primera mitad del 2022, solo se usó 600 mil pesos de los 249 millones de pesos aprobados, lo que equivale a 0.2% del presupuesto total asignado. La cantidad es ínfima.

En un año en el que el abandono escolar, la pérdida de aprendizajes, las afectaciones socioemocionales y el desgaste del magisterio han prendido alertas, el gobierno federal cerró el ciclo escolar 2021-2022 destinando solo 38 centavos por docente –de todos los niveles y tipos en el sector público– para capacitaciones. ¿Por qué tan poco? ¿Se gastará el resto en el segundo semestre para la implementación del nuevo plan?

Esto es una forma de darle la espalda al magisterio, donde 70% del personal docente de educación básica son mujeres. Con el recorte del presupuesto, se reduce la posibilidad de que la federación invierta en desarrollar sus capacidades para temas clave como la igualdad de género, la convivencia pacífica escolar con perspectiva de género, el uso de tecnologías de la información y la comunicación, el impulso a la ciencia, la incorporación de elementos de otras culturas y habilidades de gestión y liderazgo para quienes tienen puestos de supervisión o directivos. Todos estos son elementos necesarios para preparar a las y los estudiantes, así como para mejorar el ambiente laboral de las y los maestros.

A todo esto, ¿ellas y ellos qué opinan? En esta transformación del sector educativo es fundamental escuchar las necesidades de las y los docentes, así como asignar de forma transparente recursos acorde a las responsabilidades que van a adquirir con el nuevo plan de estudios. No se vale que el gobierno federal les otorgue autonomía profesional y los deje a la deriva como se ha hecho desde la administración anterior.

Publicado en La-Lista.

31-08-2022