Marzo es el mes de la mujer. Para mí, es un mes en el que más allá de las celebraciones, se debería dedicar a la reflexión de las condiciones que enfrentamos las mujeres. Algo que cobra aún más relevancia en medio de esta pandemia, en la que las mujeres hemos recibido un golpe desproporcionado.
Una década de retraso
Desde la perspectiva económica, a diciembre del año 2020 1.3 millones de mujeres mexicanas que perdieron su empleo, en abril no habían podido regresar a trabajar. El efecto es generalizado, al grado que Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) ha declarado que el covid-19 borró una década de participación laboral en Latinoamérica.
En un contexto tan negativo, quisiéramos ver a más mujeres tomando decisiones. Existe evidencia de que cuando las mujeres están al frente consideran las necesidades de la comunidad, mejora el desempeño financiero, incrementa la satisfacción de colaboradores y clientes y se reducen riesgos de fraude y corrupción.
Participación en la política
En los últimos años, México ha logrado una participación considerable de mujeres en la política. A la fecha, el 47% de las secretarías de Estado están en manos de mujeres, hay tres ministras en la Suprema Corte y el congreso es prácticamente paritario. A pesar de ello, esto contrasta con lo que vemos en el sector privado.
Las grandes ausentes de decisiones
El Instituto Mexicano para la Competitividad A. C. (IMCO) publicamos en enero el estudio “Una radiografía al sector privado: la participación y el liderazgo de las mujeres” donde analizó la conformación por sexo y políticas que se implementan en 155 empresas del mercado accionario, incluyendo a las dos bolsas de valores. El resultado: las mujeres son las grandes ausentes en la toma de decisiones.
Aunque las trabajadoras representan el 35% de la plantilla laboral, 15% de las vicepresidencias o direcciones de área están en manos de mujeres y solo dos empresas de la muestra tienen lideresas. Además, dentro de los consejos de administración, solo 9% de los lugares los ocupan mujeres. Esto contrasta con países como Brasil con 12% o Argentina con 16%.
Sabemos que muchas empresas, al menos 30% de la muestra que analizamos, implementan acciones para avanzar en equidad de género. Por ello, desde el IMCO daremos seguimiento a estos datos en nuestro monitor de #MujerEnLaEconomía. Los fenómenos que se miden, se pueden mejorar. Por ello, confiamos en que estos esfuerzos inspirarán a otras empresas y mejorarán las condiciones para el talento femenino.
Publicado en Mundo Ejecutivo
06-03-2921