Ayer, el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) publicó la nueva edición del Índice de Competitividad Estatal (ICE) en la que mide la capacidad de las entidades federativas para generar, atraer y retener talento e inversión a través de 72 indicadores. Este estudio se publica desde 2006, pero en esta ocasión es de particular importancia pues la mayoría de los datos son de 2021 y por lo tanto captan —hasta cierto punto— el saldo postpandemia.
Al respecto, me gustaría dedicar estas líneas al caso de Querétaro, estado que cayó una posición desde el año pasado para ubicarse como la cuarta entidad más competitiva del país después de Ciudad de México, Nuevo León y Coahuila.
Un retroceso de una posición podría sonar poco, pero en realidad debe tomarse como una señal de alerta si Querétaro quiere mantener su posición como un polo de prosperidad y alta calidad de vida. ¿A qué se debe este resultado?Querétaro es una entidad con múltiples fortalezas. Es el estado con mejor desempeño gubernamental, principalmente por cumplir con todos los estándares de transparencia presupuestal y facilitar trámites de forma digital. Además, también ha desarrollado gran habilidad para fomentar innovación e investigación.
Sin embargo, enfrenta desafíos que se deben atender. El principal de ellos es detener la violencia y la inseguridad. Los secuestros han aumentado, al igual que la incidencia delictiva. Además, desde el año pasado, Querétaro ha registrado de las tasas más altas de robo de vehículos y costos de delito (ubicándose en el lugar 29 en ambos indicadores en esta nueva edición). En parte, esto explica por qué se ha reducido la proporción de la población que se siente segura, pasando de 49% en 2020 a 39% en 2021. ¡Solo cuatro de cada 10 queretanos de 18 años o más se siente seguro en su entidad!
El segundo desafío es el deterioro de las condiciones laborales que afecta tanto a hombres como a mujeres. El porcentaje de trabajadores con jornadas de más de 48 horas semanales pasó de 25% en 2020 a 28% en 2021. Además, aumentó el porcentaje de trabajadores cuyos ingresos están por debajo de la línea de pobreza, creció la desigualdad salarial y se amplió la brecha salarial de género, es decir la diferencia entre lo que ganan los hombres y las mujeres.
Sobre esto último, recordemos que la entidad tiene retos considerables para captar el talento de las queretanas. En otra medición del Imco, Estados #ConLupaDeGénero, que compara las condiciones laborales para las mujeres a nivel local, Querétaro se ubicó en octavo lugar, debido a que es uno de los estados con mayor desigualdad en la repartición de trabajo no remunerado en el hogar y de cuidados. ¿Qué mujer quisiera trabajar fuera de casa, además de lo que hace sin pago, en un empleo con jornadas excesivas y bajos salarios? Invertir en condiciones más inclusivas es una manera de fomentar la competitividad. No son agendas aisladas, pero se requieren cambios sustantivos.
La pandemia dejó un contexto económico desalentador para todo el país. No obstante, los estados que tengan un plan aterrizado de recuperación, el cual busque disminuir la desigualdad y atender sus debilidades, no solo celebrar sus logros, serán aquellos capaces de atraer y retener más talento e inversiones. ¿Qué hará Querétaro ante este panorama?
Consulta el Índice de Competitividad Estatal 2022 aquí.
Publicado en El Universal Querétaro.
18-05-2022