Opinión

¿Qué hacer con Pemex?

Fuente: Cuartoscuro

El viernes pasado el pleno de la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2024. Hubo algunos cambios respecto a lo que fue presentado en la iniciativa en septiembre pasado, entre los cuales destaca la modificación al Derecho de Utilidad Compartida —la DUC— de Petróleos Mexicanos, que bajará de 40 a 30%.

Pemex ha sido, sin duda, la vaca lechera de muchas administraciones particularmente en las décadas finales del siglo pasado a partir del descubrimiento del yacimiento de Cantarell, como señala The Economist en su número más reciente. A pesar de que han logrado acotar la deuda con inyecciones de recursos, Pemex sigue siendo la empresa petrolera más endeudada del mundo.

El camino a través del cual Pemex otorga recursos a las finanzas públicas del país es el Derecho de Utilidad Compartida, que es la contribución que la petrolera hace al erario por cada barril de petróleo que vende. Si bien México dejó de ser un país petrolero hace años los recursos provenientes de la venta de petróleo siguen siendo relevantes en la determinación de las finanzas públicas.

El artículo del The Economist señala también que la carga fiscal excesiva que ha enfrentado Pemex ha limitado su capacidad de inversión. Es verdad. No solo la carga fiscal sino los procesos de toma de decisiones de inversión han estado más alineados a la necesidad de recursos que a los criterios propios de rentabilidad de inversiones petroleras. Es decir, Pemex ha estado ahí para atender las necesidades financieras del corto plazo, sin que haya habido una preocupación real por la planeación económica indispensable para el largo plazo.

Pero lo sucedido en esta administración nos muestra cómo puede atenderse un tema, sin resolver el otro. Durante este sexenio, el Derecho de Utilidad Compartida habrá disminuido —de aprobarse en la Cámara de Senadores la próxima semana— de 66 a 30%. La carga fiscal se habrá reducido más de la mitad en solo seis años. Para la empresa será una noticia extraordinaria, pero las finanzas públicas dejarán de recibir 25 mil 442 millones de pesos.

Pemex ha observado reducciones paulatinas en la DUC y es difícil pensar que eso la haya hecho más eficiente o exitosa en sus operaciones. Los datos financieros lo dejan claro. Como lo reporta Pemex en la Mira, el análisis del IMCO sobre los resultados de la petrolera, apenas por segundo año consecutivo tuvo utilidades este 2023 y entre 2011 y el 30 de junio de 2023 acumula pérdidas por 2.85 billones de pesos. Pemex deberá amortizar en los próximos cuatro años la mitad del saldo total de su deuda. En los primeros seis meses de este año, la petrolera invirtió 13.2% menos recursos que en el mismo periodo de 2022. En la primera mitad del año, Pemex extrajo la menor cantidad de petróleo crudo (sin condensados) de los últimos 13 años. El combustóleo —fracción residual altamente contaminante— representó una tercera parte de la producción total de petrolíferos durante estos primeros seis meses.

La suma de apoyos por parte del Gobierno Federal a Pemex sumará, hacia finales del sexenio, 1.5 billones de pesos. Sin embargo, Pemex necesita mucho más que dinero. Necesita una reestructura profunda que solo será capaz de hacer alguien con profundo conocimiento del sector, de la empresa y de su sindicato.

Vendrá una nueva administración y este será otro de los temas relevantes, así que, candidatas, vayan pensando. Tendrán que decidir qué hacer con Pemex.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad de la autora y no representan la postura institucional.

Publicado en El Universal.

24-10-2023.