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Riesgo Moral

Esta es la historia de un país que jamás existió. La nación de Poyais era nuestra vecina geográfica. Aparecía en algunos mapas de Centroamérica en el territorio que hoy ocupa Belice y Honduras. Su ciudad capital contaba con “amplios bulevares, edificios coloniales y una espléndida catedral”. Las estadísticas de producción agrícola eran una promesa de prosperidad y su nivel de impuestos, una invitación para hacer grandes negocios. El problema es que la existencia de Poyais, los mapas, sus descripciones arquitectónicas y sus cifras económicas eran un catálogo de mentiras. Esta sistematización de falsedades alimentaron uno de los fraudes financieros más crueles de la historia.

Entre 1822 y 1823, el general Gregor MacGregor convenció a un grupo de escoceses que abandonaran su tierra natal para cruzar el Atlántico y explotar las incontables riquezas de Poyais. MacGregor, un mercenario que había servido en los ejércitos de Simón Bolívar, emitió un bono de deuda por 160 mil libras esterlinas. Los incautos inversionistas británicos podían comprar un pedazo individual de esa deuda por sólo 80 libras. De las 250 personas que tomaron los barcos hacía Poyais sólo 50 sobrevivieron. Las principales causas de muerte fueron la malaria, la fiebre amarilla y el suicidio. La cruel ficción de MacGregor estuvo tan bien construida que la deuda de Poyais tenía una tasa de interés y una prima de riesgo similar a la que pagaban los créditos de países como Chile, Colombia y Perú.

Coahuila no es un territorio imaginario concebido por la mente de un mitómano profesional. Sin embargo es un estado donde sus 2.7 millones de habitantes han sido víctimas de una serie de fraudes políticos y financieros. Hace menos de dos meses, los ciudadanos de Coahuila acudieron a las urnas y refrendaron su apoyo para que un partido político y una familia permanecieran en el poder. Los ciudadanos votaron por el PRI y los hermanos Moreira como una garantía de continuidad de una serie de programas sociales que se venían aplicando en los últimos años: comedores que ofrecían alimentos a más de mil 500 adultos mayores, una tarjeta de subsidios que entregaba 200 pesos mensuales a sus beneficiarios, programas de uniformes escolares gratuitos y seguros médicos para personal docente y alumnos de las escuelas públicas. Hoy esos programas de gobierno han sido recortados a su mínima expresión, como consecuencia de la súbita crisis crediticia que vive el estado. El manejo de la deuda de Coahuila en los últimos seis años hace que Luis Echeverría y José López Portillo se conviertan en dos ejemplos de prudencia y probidad financiera.

Hace un año, Humberto Moreira anun ció que la tenencia en Coahuila costaría un peso por automóvil. Esta generosidad populista a costa del erario público es uno de los factores que agravan la difícil situación financiera del estado. Por los próximos 30 años, los coahuilenses pagarán las consecuencias de esta displicencia. Para el año 2040 se habrán pagado la totalidad de los pasivos de Moreira Primero.

En economía se define el riesgo moral como el incentivo de un individuo para tomar ciertas decisiones, sin tener que pagar ningún precio por las consecuencias de sus actos. Bajo la premisa del riesgo moral, siempre hay una víctima o grupo de víctimas que pagan el pato por las acciones ajenas. El encubrimiento de los montos de la deuda de Coahuila implica una violación al Código Penal federal en su capítulo de falsificación de documentos. Si estas conductas criminales quedan sin castigo, no sólo será un nuevo ejemplo de impunidad, también se enviará un peligroso mensaje a los gobernadores mexicanos del presente y futuro: no te preocupes alguien más sufrirá por tus pecados financieros. Hoy en México, el riesgo moral es el riesgo Moreira.

Gregor MacGregor nunca pagó por el fraude de Poyais y murió en Venezuela en 1845, fue enterrado como un héroe con honores militares. ¿Cuál será la suerte de los personajes que defraudaron al estado de Coahuila?