La necesidad de recibir cuidados es inherente a las personas. Ya sea durante la infancia, por discapacidad, enfermedad o vejez, todas las personas requerimos cuidados en algún momento de la vida. Debido a su constante presencia en la vida cotidiana y a los efectos sobre el bienestar y la movilidad social de los hogares mexicanos, la responsabilidad de brindar este tipo de atenciones debe verse como un problema de carácter público.
Recientemente, el INEGI publicó la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) que confirma que los cuidados no se reparten equitativamente. Por cada hombre que participa en las tareas de cuidados hay 2.5 mujeres. Debido a estas labores, 10% de las mujeres consideran que dejan de efectuar actividades educativas o laborales en comparación con 3% de los hombres. Indirectamente, esto limita su autonomía económica, su acceso a seguridad social y las oportunidades de adquirir bienes y patrimonio propios.
La ENASIC también destacó la falta de conciencia acerca de la responsabilidad del Estado en este asunto. Prácticamente todos los mexicanos (94%) creen que cuidar a los miembros de un hogar es tarea de las familias. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de replantear la perspectiva sobre el cuidado y de promover un cambio en la forma en que lo abordamos a nivel social y público.
Por sus efectos sobre el potencial económico y la movilidad social, las tareas de cuidado no pueden recaer exclusivamente en el ámbito privado. Como asunto público, las autoridades pueden incidir en el acceso a la atención para cada población específica (infancias, personas con discapacidad o adultos mayores) y en la autonomía económica de las mujeres. Para ello se requieren políticas públicas enfocadas a suplir la demanda de cuidados, así como un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) que permita la articulación de las mismas.
México había posicionado algunos programas, como estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, que funcionaban como engranes de un futuro SNC. Sin embargo, a lo largo de la actual administración, estas piezas se han eliminado del tablero dejando desarticulada la posibilidad de construir una red de instituciones públicas encargadas de la labor de los cuidados que favorezca, en gran medida, a las mujeres.
Para exigir a las autoridades la construcción y articulación de políticas públicas de cuidados es fundamental que la ciudadanía reconozca la importancia de los cuidados. La igualdad de género requiere que cambiemos nuestra forma de pensar y actuar en relación con el cuidado, y reconocerlo como un asunto público que involucra a toda la sociedad y no solo a las familias. Es hora de tomar medidas concretas para corregir estas desigualdades arraigadas en nuestra sociedad y promover un futuro más equitativo para todos.
Publicado en La-Lista.
08-11-2023