- Las mujeres dedican 40 horas a la semana al trabajo no remunerado en comparación con 15.9 horas a la semana que dedican los hombres.
- En México, las tareas del hogar y de cuidados alcanzaron un valor económico de 6.8 billones de pesos en 2021. Las mujeres aportaron 2.6 veces más valor económico que los hombres por su trabajo no remunerado.
- El valor económico total del trabajo no remunerado equivale al 26% del PIB nacional, por encima de la participación de los principales sectores: comercio (20%), industrias manufactureras (18%) y servicios inmobiliarios (10%).
Hay tareas que son esenciales para el funcionamiento de los hogares, por ejemplo, cocinar, limpiar, ir al mercado, lavar ropa, así como cuidar de las infancias y de los enfermos. Cuando estas actividades se realizan por los miembros del hogar y no se asocian con un salario, se les conoce como trabajo no remunerado y limita la disponibilidad de tiempo para realizar otras actividades.
El trabajo no remunerado tiene un valor que equivale a uno de cuatro pesos generados por la economía mexicana. Analizarlo es fundamental para abordar las desigualdades del mercado laboral. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) actualizó la medición anual del trabajo no remunerado que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para visibilizar la contribución de las labores del hogar a la economía mexicana y dimensionar el trabajo de quienes las realizan.
¿Cuánto tiempo dedica la población mexicana al trabajo no remunerado?
Durante 2021 los hogares mexicanos dedicaron un total de 2 mil 951 millones de horas semanales al trabajo no remunerado. Sin embargo, este tiempo no se reparte igual entre sexos. Del tiempo total que dedican a un trabajo -ya sea remunerado o no-, las mujeres mexicanas pasan 64% de sus horas realizando labores del hogar o de cuidados, lo que suma 40 horas semanales per cápita, es decir, casi un trabajo de tiempo completo (de 48 horas a la semana).
Esta proporción cae a 27% para los hombres, lo que equivale a 15.9 horas a la semana. Esto implica que las mujeres, en promedio, tienen menos tiempo disponible para dedicar a otro tipo de actividades, como un trabajo remunerado, educación, o incluso para el descanso. Esta carga desproporcionada, representa una de las principales barreras estructurales para la participación femenina en el mercado laboral, y exacerba las desigualdades en el acceso a mejores condiciones dentro de este.
Aunque las mujeres se encargan en mayor proporción de tareas domésticas y de cuidados (73%), la participación de los hombres (27%) ha aumentado de manera sostenida en los últimos 18 años, creció siete puntos porcentuales entre 2003 y 2021. Esto es una buena noticia para lograr que la distribución de estas actividades sea más equitativa, si bien hay grandes espacios de mejora en cuanto a la corresponsabilidad dentro de los hogares.
En cuanto al tipo de actividades, los hombres suelen destinar mayor tiempo a preparación de alimentos, limpieza y cuidado de la ropa, así como proporcionar ayuda a otros hogares y al trabajo voluntario. Es importante destacar que entre 2021 y 2020, la participación de ellos aumentó para todo tipo de actividades.
¿Cuánto vale el trabajo no remunerado en México?
Las tareas del hogar y de cuidados que se realizaron en el país en 2021 alcanzaron un valor económico de 6.8 billones de pesos, lo que equivale al 26.3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Las mujeres aportaron 2.6 veces más valor económico en comparación con los hombres. Mientras ellas aportaron 4.9 billones de pesos, los hombres aportaron 1.9 billones de pesos, equivalente al 19% y 7% del PIB nacional, respectivamente. En cuanto al valor económico per cápita, este equivale a 28 mil 831 para los hombres y a 71 mil 524 pesos para las mujeres.
En comparación con 2020, el valor económico total del trabajo no remunerado como porcentaje del PIB disminuyó en dos puntos porcentuales, pero aún así, se observa un incremento de 3 puntos porcentuales con respecto a 2019. Esto se puede explicar por los cambios que se generaron en las dinámicas dentro de los hogares a raíz de la pandemia, ya que 2020 fue el año con mayores restricciones de confinamiento. También se observa que el incremento del valor económico que aportan los hombres como porcentaje del PIB (7%) con respecto a 2020 se mantuvo a pesar de la activación económica tras la pandemia.
Si el trabajo no remunerado de los hogares fuera un sector, sería el más grande del país por su valor económico, incluso por encima del valor económico del sector comercio, las industrias manufactureras y los servicios inmobiliarios, que aportan 20%, 18% y 10% del PIB nacional, respectivamente.
A pesar de los avances, la carga desproporcionada de trabajo no remunerado que realizan las mujeres acentúa la desigualdad de género, al limitar el tiempo disponible que tienen para estudiar, descansar o generar un ingreso propio. Ante este panorama, es necesario reconocer el valor económico de realizar las labores del hogar y de cuidados como sustento para el bienestar social y económico del país. Estas actividades son trabajo y permiten el desarrollo de las infancias, contribuyen al bienestar de las familias y facilitan que otros miembros del hogar participen en el mercado laboral.
Alcanzar una corresponsabilidad en las labores del hogar y de cuidados es tarea de todos y todas; para ello, se pueden implementar acciones desde distintos ámbitos, entre ellas: romper con los roles y estereotipos de género desde la niñez, fomentar la extensión de los permisos de paternidad y que estos se parezcan más a las licencias de maternidad, así como ofrecer flexibilidad de horarios y trabajo remoto para mujeres y hombres. Sin igualdad en el hogar, difícilmente se alcanzará igualdad en el mercado laboral.