Opinión

Menos ingresos, más deuda

FOTO: CUARTOSCURO.COM

Por: Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas, y Manuel Sobral investigador de Finanzas Públicas

¿Puede el gobierno gastar más dinero del que tiene? La respuesta es sí, pero como cualquier persona, tendría que endeudarse a través de algún producto financiero, como una tarjeta de crédito o un préstamo. Por supuesto, con un costo adicional asociado. De una manera similar, el Gobierno Federal prevé que para 2024 necesitará un endeudamiento de 1.74 billones de pesos para poder cubrir la totalidad de sus gastos. ¿Qué implica la adquisición de deuda?

Primero, es importante realizar un análisis sobre sus ingresos. La estimación y composición de los ingresos que el Gobierno Federal espera recaudar en 2024 por medio de impuestos y el petróleo nos permite ver qué tan saludables son las finanzas públicas. Al restar el gasto estimado de 9.07 billones de pesos en 2024 y los ingresos de 7.33 billones de pesos, resulta que hay 1.74 billones de pesos faltantes. A esta situación la conocemos como déficit presupuestario. Para hacer frente a un déficit, los gobiernos suelen ajustar la recaudación -aumentarla-, o “apretarse el cinturón” para gastar menos. Sin embargo, el gobierno optó por endeudarse, presionando la sostenibilidad de las finanzas públicas del país.

Aunado a ello, la actual administración ha recurrido a los ahorros que tenía para hacer frente a sus gastos. Durante años, los ingresos petroleros ayudaron a aliviar la presión de las finanzas públicas y a generar ahorros. Pero desde 2018, los ahorros provenientes del petróleo han disminuido considerablemente. Las dos grandes bolsas de ahorro que se nutren de los ingresos petroleros – los fondos de estabilización FEIP y FEIEF- tenían más de 350 mil millones de pesos. A finales de 2022, los fondos no sumaban ni 50 mil millones de pesos.

Para 2024 se estima una caída de 41 % en los ingresos petroleros recaudados por el Gobierno Federal, lo que significa que la recuperación de ahorros tendrá que esperar. Junto con esa caída de ingresos petroleros, también está una disminución de los ahorros y reservas de dinero que estaban concentrados en fideicomisos públicos que fueron creados para mantener recursos disponibles en temas como ciencia y tecnología.

Así, el manejo de las finanzas públicas se ha enfocado en mantener un gasto elevado y dejar el ahorro a un lado. El endeudamiento, la caída de los ingresos petroleros y los ahorros agotados apuntan directamente a la salud de las finanzas públicas. Entonces, ¿es sostenible esta estrategia?

La respuesta es no. Al menos no bajo estas condiciones. Para que las finanzas públicas sean sostenibles se requiere hacer ajustes al gasto o al ingreso. De continuar con el mismo ritmo de gasto se tendrían que buscar nuevas fuentes de ingresos. Actualmente los estados dependen, en gran medida, de un arreglo de coordinación fiscal que fomenta dependencia al presupuesto federal, observamos un gasto histórico en pensiones que solo continuará creciendo, y no se ha parado de gastar en proyectos de inversión de dudosa rentabilidad.

Mientras el Gobierno piensa en finanzas electorales, de brinco en brinco la deuda representará casi una quinta parte de los recursos disponibles en 2024. De continuar con el mismo incremento en el gasto, sin buscar nuevas fuentes de ingresos, la siguiente administración estaría en aprietos. Con ello, podría poner en riesgo su capacidad crediticia. Sobre todo en un momento en el que “pedir prestado” es más costoso que antes. Falta ver la discusión de los legisladores, pero la responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas queda en sus manos.

Conoce más sobre el Paquete Económico 2024 aquí.

Publicado en Animal Político.

21-09-2023