Artículo

Trabajadores y empleadores del futuro

La pandemia de covid-19 llegó al mundo para transformarlo, y en el caso del mercado laboral se juntó con las tendencias de automatización que complican el panorama para muchos trabajadores, sobre todo para las mujeres y los menos preparados. Esto quedó claro en el estudio The Future of Jobs 2020 del Foro Económico Mundial que salió la semana pasada.

El estudio se basó en una serie de entrevistas a altos directivos de 291 organizaciones ubicadas en 14 países, incluido el nuestro. El reporte es muy interesante y en él se pueden encontrar tanto la descripción de las tendencias globales como las fichas de los resultados para cada uno de los países de la muestra.

En particular, me parece que para México hay dos grandes lecciones. La primera de ellas es que la pandemia le dio un fuerte empujón para aprovechar y diseñar esquemas más flexibles de trabajo. El 94% de las organizaciones está dispuesta a ofrecer más opciones de trabajo remoto a raíz de la pandemia y el 89% dice que quisiera acelerar la digitalización para sus procesos de trabajo.

Sin embargo, como lo propone el estudio del IMCO Trabajar sin dejar de vivir: mejores prácticas de integración vida-trabajo en México, para que esta tendencia sea exitosa a largo plazo es necesario desarrollar una cultura orientada a resultados, con métricas adecuadas. De esa manera, los trabajadores no sentirían la presión de trabajar sin parar (con todos los problemas que eso genera) y los empleadores podrían medir y comparar la productividad de sus colaboradores.

Además, considerando que la segunda fase de la NOM-035-STPS-2018 entró en vigor el 23 de octubre, es importante que las organizaciones aprovechen los resultados de sus evaluaciones de riesgos psicosociales para flexibilizar las condiciones de aquellos empleos que no se pueden ejecutar vía remota, de forma que se reduzca el estrés. Algunos días libres, jornadas más cortas o determinados apoyos podrían hacer una diferencia para esos  trabajadores que también enfrentan un contexto personal complicado.

La segunda lección relevante es que los mexicanos necesitamos fortalecer nuestras herramientas para competir en el futuro. Dentro de las aptitudes que tienen mayor demanda dentro de una organización se encuentran la solución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la inteligencia emocional, la creatividad y la resiliencia.

Este es un llamado claro para México. Algunos trabajadores tendrán la oportunidad de desarrollar estas habilidades ya grandes. Sin embargo, es fundamental pensar en las nuevas generaciones de talento. La base de estas capacidades se empieza a construir desde la primera infancia. Por ello, los estudiantes requieren de educación de calidad desde los primeros años de vida.

Esto es un reto mayúsculo en un año escolar sin clases presenciales, puesto que para los niños es tan importante el contenido académico como la convivencia con otros pares. La Secretaría de Educación debería hacer un plan concreto y estratégico para compensar por estos meses de atraso.

El reporte del WEF refleja que la competencia en el mercado laboral será cada vez más complicada. Se requieren de más empresas que planean en torno al bienestar de sus trabajadores, así como de trabajadores que hagan lo que la tecnología no puede. Autoridades, organizaciones y familias debemos pensar en estos elementos para lograr empleados y empleadores más competitivos.

Publicado por Expansión
26-10-2020